La consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu, ha comparecido en el Parlamento de Navarra para explicar y analizar las últimas cifras de empleo registradas en la comunidad, entre las que ha destacado que el 40 % de los contratos firmados en 2019 tenían una duración inferior a 7 días.

Aunque la consejera ha celebrado que “en Navarra los contratos en industria, con mayor calidad en la contratación, tengan un mayor peso”, ha advertido de que “aún no se está en niveles de desempleo anteriores a la crisis y aún se aprecia un mercado dualizado, donde el nivel de la temporalidad se mantiene”.

Ha reconocido la existencia de un aumento en la siniestralidad laboral, “a pesar de que Navarra ha tenido siempre índices por debajo de la media, en los últimos años ha registrado un incremento que ha roto con la tendencia”, pero que sigue siendo menor que la registrada en años previos a la crisis.

También ha alertado de que existe “una parte importante” del mercado laboral que ha visto “agudizada su precariedad por salarios precarios, contratos temporales o medias jornadas no deseadas”.

En concreto, ha señalado las importantes diferencias que existen en el mercado de trabajo “en género, edad y origen”. Entre ellas, ha destacado que “la crisis provocó una igualdad a la baja en la brecha salarial, que se ha vuelto a incrementar” en los últimos años.

Ha apuntado como datos que el 59% del desempleo en 2019 eran mujeres, mientras que diez años antes, en 2009, eran el 49 %. También ha señalado como negativa la tasa de desempleo en la población extranjera, que afecta al 19,4 %, “frente al 6 % del conjunto de la población española”.

Sin embargo, sí ha celebrado que Navarra, frente a las cifras estatales y europeas, mantiene “mejores resultados salariales”. Entre ellos, Navarra es la comunidad con menor número de salarios bajos, situados en el 5,4%, según datos de 2017.

También ha resaltado que Navarra sea la comunidad con la menor tasa de pobreza severa en España y el índice GINI de desigualdad tenga niveles inferiores a la media de los países de la UE y “sitúa a Navarra al nivel de Noruega o Finlandia”.

Ha indicado que el envejecimiento demográfico que sufre la comunidad también se refleja en la población ocupada. En 2008 existían “33.800 personas afiliadas con más de 55 años, mientras que en la actualidad esta cifra es de 55.215 personas”. Una realidad que, ha reconocido, “genera que el remplazo de la población activa no vaya a ser sencillo”.

Esta realidad “se ve acentuada por el incremento constante de la población navarra residente en el extranjero”, que desde 2008 a 2018 ha crecido en un 48% y se trata de “población muy joven, entre los 20 y 34 años y con incidencia superior en el caso de las mujeres”.