La labor de Protección Civil siempre resulta necesaria pero en el último año se ha convertido en imprescindible. Un servicio municipal apoyado por voluntarios que colabora con los cuerpos profesionales en aquellas tareas que se le demandan. Los veíamos en la seguridad de los conciertos o en los fuegos artificiales de las fiestas. Ahora, nos los encontramos repartiendo mascarillas o participando en desinfecciones integrales de la capital para evitar la propagación del COVID.

Ayudan y colaboran en los dispositivos del Ayuntamiento de Logroño con el objetivo de garantizar la seguridad de la ciudadanía. Participan en diferentes actos como conciertos, fiestas como Carnaval, marchas y carreras populares, fuegos artificiales... Pero llegó la pandemia y han sido los primeros en trabajar en las delicadas situaciones en las que se les ha requerido. Siempre añadidas a sus labores de emergencia como búsquedas de personas desaparecidas.

Entre las actividades en las que ha trabajado este grupo de 400 voluntarios, se encuentran el reparto de pantallas y mascarillas a la ciudadanía; el plan de desinfección integral de Logroño; el control en el cribado de test masivos; la comunicación y recomendación a la población; o el control de accesos.

Eduardo Modrego, responsable de Protección Civil, quiere agradecer la labor de la gran familia que forman. Nadie se ha descolgado, todo lo contrario, nos cuenta.

Insiste en que forman una gran familia porque les unen las ganas de trabajar. Estos días están siendo complicados para Protección Civil porque han tenido que afrontar una dura pérdida:

Son voluntarios que trabajan con humildad, sacrificio y profesionalidad. Este año han multiplicado sus esfuerzos en todas las labores que el Ayuntamiento de Logroño ha tenido que realizar con motivo de la pandemia.

Hoy han recibido un reconocimiento en el colegio Marianistas como ejemplo de la gratitud de la ciudadanía logroñesa. GRACIAS.