Así funcionan las corrientes en el mar y cómo puedes entenderlas para evitar sustos este verano en la playa
Cómo funcionan las corrientes en el mar y qué debes saber para evitar sustos este verano en la playa

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las olas que llegan a la orilla rompen y se convierten en espumas que avanzan hacia la arena. Producen un movimiento masivo de agua y el problema es que toda esa masa de agua no puede acumularse en la orilla, así que siempre busca una salida, otros caminos por donde seguir moviéndose, entonces es cuando se desplaza hacia los lados, izquierdo y derecho y luego vuelve hacia atrás, hacia el mar.

LA ZONA MÁS SEGURA PARA EL BAÑO
Podemos decir entonces que toda el agua que arrastran las olas no se queda en la orilla y siguiendo su camino vuelve al mar en forma de torrentes de corriente hacia los lados. Por ello la zona más segura para el baño es donde rompen las olas al contrario de lo que mucha gente piensa. Esa zona siempre tiene poca profundidad y no hay corrientes fuertes. Si te coge una ola te va a empujar hacia la orilla, no hacia dentro.
Las corrientes para los bañistas tienen diferentes consecuencias, pueden ser nuestras amigas y divertirnos con ellas, o nuestra peor pesadilla por el arrastre o resaca hacia el mar que generan. Debes acostumbrarte a identificar las corrientes para no tener sustos este verano en la playa, a conocerlas y a convivir con ellas. Entender su funcionamiento es fundamental.

NUNCA NADAR A CONTRA CORRIENTE
Si caemos en una corriente de resaca lo que nunca debemos hacer es perder la calma y nadar contra corriente hacia la orilla, lo aconsejable es salir de la corriente nadando paralelamente a la orilla y después, cuando ya no sintamos el tirón de la corriente, volver a la playa de forma inclinada aprovechando el empuje de las olas de traslación.
Si somos buenos nadadores, podemos dejarnos llevar hasta la cabecera de la corriente de resaca, donde la velocidad es mínima, y después nadar en dirección inclinada hacia la orilla. Los canales de resaca son también un riesgo para los bañistas que no sepan nadar, ya que pueden perder pie al andar por el agua paralelamente a la orilla.

La Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) señala la necesidad de que los bañistas aprendan a identificar las corrientes por sí mismos ya que muchas playas no tienen socorristas y además los ususarios de las playas se bañan en ocasiones fuera de las zonas acotadas por los propios socorristas.