Las lluvias no bastan: Menorca sigue en prealerta hídrica por el bajo nivel de sus acuíferos
Con las reservas de agua en prealerta tras tocar su nivel más bajo, el Cercle d’Economia urge a las administraciones a actuar tras una década de inacción
Menorca - Publicado el
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La situación de los recursos hídricos en Menorca es crítica. La isla ha encendido todas las alarmas después de que sus reservas de agua subterránea cayeran en agosto al 34%, el nivel más bajo jamás registrado. Aunque las lluvias de otoño han ofrecido un ligero respiro, elevando el indicador al 43% en octubre, la cifra sigue diez puntos por debajo de la media histórica, lo que mantiene a la isla en un escenario de prealerta y evidencia un déficit hídrico significativo que se arrastra desde hace años. Este dato, aunque es una estimación, debe ser interpretado como una seria advertencia. Así lo considera el ingeniero y miembro del Cercle d’Economia, José Antonio Fayas, quien afirma que es una cifra que “no pueden pasar sin más”.
“Es una señal de alarma”
Ingeniero y miembro del Cercla d'Economía
El preocupante estado de los acuíferos no es solo consecuencia de la escasez de precipitaciones, en un contexto de cambio climático cada vez más evidente. La situación actual es, en gran medida, el resultado de la inacción acumulada durante años por parte de las administraciones competentes. Desde el Cercle d’Economia de Menorca llevan más de una década advirtiendo de los problemas estructurales que padece la isla, como las pérdidas por fugas en las redes de suministro municipales, la contaminación por nitratos de origen agrario y la progresiva intrusión marina que saliniza los pozos.
Una década de advertencias ignoradas
Ya en enero de 2014, la entidad organizó una jornada monográfica para abordar la problemática del agua, donde diversos especialistas pusieron sobre la mesa la fragilidad del sistema hídrico insular. Cuatro meses después, el Cercle publicó una nota de opinión en la que sentenciaba con una claridad que hoy resulta premonitoria: “actualmente ya necesitamos recursos adicionales para sustituir los que están contaminados, pero aún necesitaremos más cuando se produzca un ciclo seco o, a más largo plazo, se concrete la amenaza del cambio climático”. Pese a la contundencia del aviso, la entidad lamenta que en los últimos diez años apenas se hayan producido avances significativos en las líneas de actuación que entonces se marcaron como prioritarias.
Actualmente ya necesitamos recursos adicionales para sustituir los que están contaminados"
Ingeniero y miembro del Cercla d'Economía
Las principales propuestas del Cercle d’Economia se centraban en tres ejes fundamentales que siguen sin materializarse. En primer lugar, la planificación y construcción de infraestructuras de desalación y regeneración de aguas residuales. En segundo lugar, la constitución de comunidades de usuarios de aguas subterráneas para mejorar la gestión local del recurso. Y, por último, el impulso a un consorcio de ámbito insular para los abastecimientos públicos. Diez años después, no se ha hecho nada en los dos últimos puntos, y muy poco en el primero, más allá del anuncio del Govern de su intención de construir una desaladora en la zona de levante de la isla, un proyecto que avanza con lentitud.
Medidas urgentes para evitar el colapso
Ante este panorama, el Cercle d’Economia ha vuelto a levantar la voz para exigir a los ayuntamientos, al Consell Insular y al Govern Balear que activen de manera inmediata todas las actuaciones a su alcance. La entidad considera imprescindible la construcción de plantas desaladoras para el abastecimiento urbano, lo que permitiría clausurar pozos sobreexplotados y reducir la presión sobre los acuíferos. Como señala Fayas, para ayudar a los acuíferos lo que se necesita es “disminuir extracciones”. La segunda gran medida es destinar las aguas residuales urbanas regeneradas a usos agropecuarios, construyendo las infraestructuras necesarias para ello y liberando así un importante caudal de agua subterránea que actualmente se destina a estos fines.
La creación de un consorcio o mancomunidad insular para la gestión del agua en alta, la depuración y la regeneración es otra de las piezas clave. Según José Antonio Fayas, esta herramienta permitiría tener una “visión global” e insular, mejorando la eficiencia técnica y la planificación, además de suponer una disminución de costes. Junto a ello, se propone un plan para la regeneración y aprovechamiento de aguas residuales (Plan RAAR) que contemple también la recarga artificial de acuíferos y la creación de barreras contra la intrusión marina, una solución que podría contribuir a la “dilución” de la contaminación existente.
Control del consumo y responsabilidad
El plan de choque propuesto por el Cercle se completa con una batería de medidas orientadas al control y la gestión de la demanda. Entre ellas, destaca la necesidad de localizar y penalizar los pozos no autorizados y cualquier incumplimiento en las concesiones, así como controlar a los grandes consumidores (industrias, hoteles y complejos turísticos) para asegurar un uso racional del recurso. Proponen también establecer tarifas fuertemente progresivas para el consumo urbano y realizar campañas de concienciación ciudadana realistas y eficaces para difundir la alarmante situación. La gestión sostenible, concluyen, exige la colaboración de todas las instituciones y agentes sociales antes de que la situación “devenga irreversible”.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.