La finca de Santa Cecilia tiene unas 100 hectáreas, de las cuales 40 son zona forestal y el resto parcelas de cultivo con mosaico. En la nueva trayectoria que ahora comienza, se hará una progresiva sustitución de la actual vaca frisona para roja autóctona de Menorca, tramitándose la certificación de agricultura ecológica.
Este otoño comenzará la siembra de las parcelas, donde se quieren combinar cereales y leguminosas adaptadas a la isla. También habrá una zona de huerta, hecha con criterios muy cercanos a la permacultura y, en el futuro próximo, embutidos y huevos ecológicos.
Una de las primeras iniciativas que se han llevado a cabo desde el programa de Custodia Agraria ha sido una analítica de tierras. Algunas parcelas aparecen muy agotadas y con poca materia orgánica, por lo que se trabajará en algunas prácticas regenerativas.
La Custodia Agraria busca juntar la viabilidad económica del sector agrario con la conservación de los extraordinarios valores ambientales del territorio menorquín. Con la incorporación de Santa Cecilia, ya son más de 30 las fincas adscritas, que reciben asesoramiento, formación, voluntariado, promoción de productos y apoyo en la búsqueda de ayudas.