Un año después de la DANA en Es Mercadal, los vecinos siguen reclamando ayudas y más prevención
Paco Pons, afectado por la riada de 2024, recuerda las pérdidas sufridas sin seguro ni apoyo institucional, mientras el Govern balear destaca los trabajos de limpieza de 25 kilómetros de torrentes en Menorca
Menorca - Publicado el
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Hace un año, el 15 de agosto de 2024, una tormenta histórica descargó 200 litros por metro cuadrado en Es Mercadal en pocas horas, arrasando viviendas, calles y negocios. La llamada DANA convirtió el municipio en el epicentro de una riada que dejó tras de sí cuantiosos daños materiales y un recuerdo imborrable para quienes lo vivieron.
Uno de los vecinos más afectados, Paco Pons, residente junto al torrente que se desbordó, ha compartido con COPE Menorca su experiencia. “No podías hacer nada, era impotencia total. El agua arrastraba todo lo que encontraba a su paso”, recordó.
El torrente, bloqueado por un árbol y varios vehículos, se desbordó con fuerza. “Si hubiera habido más previsión, muchos coches no habrían estado aparcados en el cauce y el puente no se habría taponado”, señaló Pons. En su casa, el agua arrasó electrodomésticos, muebles y la instalación eléctrica, dejando tras de sí un panorama desolador.
Sin seguro contratado, el vecino tuvo que afrontar unos 6.000 euros en reparaciones de su propio bolsillo. “Presenté facturas y los daños al Ayuntamiento, pero de momento no he recibido ninguna ayuda. Me dijeron que, sin seguro, no se cubre nada”, lamentó.
Un año después, la misma preocupación
Doce meses después del desastre, Pons asegura que la situación no ha cambiado demasiado. “El torrente sigue igual, lo mismo puede volver a pasar en cualquier momento”, denunció. Aunque reconoce que en algunas zonas se han hecho limpiezas puntuales, insiste en que las causas estructurales persisten.
La falta de confianza se mezcla con la resignación. “He tenido que comprar todo nuevo: televisor, nevera, enchufes, pintar de nuevo la casa… todo a mi costa. Y sigo pensando que, si vuelve a caer una tormenta como aquella, pasará lo mismo”, aseguró.
El vecino también rechaza la idea de que el desbordamiento se debiera únicamente a la bajada del Toro, apuntando a la confluencia de varios torrentes que desembocan en la zona. “El agua venía de distintos puntos, no solo de allí. La acumulación fue tal que ya no se distinguía entre carretera y torrente”, explicó.
El Govern reivindica la limpieza de torrentes
En paralelo a los testimonios de los afectados, el Govern balear subraya los esfuerzos realizados para reforzar la prevención ante episodios de lluvias torrenciales cada vez más frecuentes. Según informó la presidenta Margalida Prohens, desde 2023 se han limpiado más de 25 kilómetros de torrentes en Menorca, con actuaciones destacadas tras la DANA de 2024.
“Tras aquella riada se recuperaron más de 10 kilómetros de cauces y se restauraron 85.000 metros cuadrados, con una inversión de 3,3 millones de euros”, detalló Prohens. La dirigente recordó que limpiar los torrentes no garantiza eliminar el riesgo, pero sí reduce la probabilidad de atascos y desbordamientos.
En toda Baleares, las actuaciones suman ya 310 kilómetros de cauces acondicionados, de los cuales la gran mayoría se concentran en Mallorca, 25 en Menorca y 37 en Ibiza. Solo en el primer semestre de 2025 se actuó sobre más de 50 kilómetros de torrentes, lo que, según el Ejecutivo, demuestra el compromiso con la seguridad ciudadana y la protección del territorio.
El Govern ha triplicado este año la partida destinada al mantenimiento de torrentes, que asciende a 17,1 millones de euros, y ha habilitado permisos para que propietarios de fincas colindantes colaboren en las tareas de limpieza.
Recuerdo imborrable y alerta de futuro
Los expertos insisten en que el cambio climático aumentará la frecuencia e intensidad de fenómenos como las danas, lo que obliga a reforzar los mecanismos de prevención y respuesta. En Es Mercadal, la memoria de aquella tarde de agosto sigue muy viva.
“El riesgo cero no existe”, recordó la presidenta balear, mientras que para vecinos como Paco Pons, lo importante es que no se repita la impotencia de verse atrapados en una riada sin protección ni ayudas.
Un año después, la herida de Es Mercadal sigue abierta: entre el recuerdo de la devastación, las pérdidas no compensadas y la esperanza de que la prevención reduzca el impacto de futuras tormentas.