Los cines de las Islas Baleares se encuentran en la cuerda floja después de que el Govern haya prohibido consumir alimentos y bebidas en las salas. Después de un duro comienzo tras tres meses de estado de alarma, donde empezaron a recibir a cerca de 2.000 visitantes, habían ya conseguido que los clientes recuperaran las ganas de volver al cine y durante estas últimas semanas llegaron a ir unos 8.000 espectadores. Desde Aficine piden que se establezcan medidas que no pongan en peligro la viabilidad de las sala, ya que de esta manera van a tener que cerrar sus puertas.

A diferencia de otros cines de España, en Baleares está prohibido disfrutar de una película comiendo palomitas o bebiendo. Esta es la restricción más dura que se ha establecido para frenar la propagación del virus y que están viviendo las salas actualmente. Por su parte, los empresarios de Aficine lamentan que desde el primer momento ofrecen las medidas sanitarias necesarias en esta situación y que ahora también están limitados al 50% del aforo en cada sala. Todo este esfuerzo hizo que en los cines AFICINE pasaran de recibir unos 2.000 visitantes a 8.000 en cuestión de meses.

El responsable de esta cadena, Juan Salas, advierte de que esta medida pone en peligro la supervivencia de los cines. Explica Salas que mañana tendrán una reunión con la Conselleria de Salud donde preguntarán el porqué de estas restricciones además de demostrarles que el cine es seguro y así lo han demostrado los visitantes. Su futuro, añade Salas, depende mucho de estas medidas y esperan poder volver a vender comidas y bebidas para evitar cierres. Aunque empezaron con pocos estrenos, ahora ofrecen numerosas proyecciones para todos los públicos.