El fotógrafo que dedica su tiempo a ayudar a los sin hogar: “Se pueden cambiar vidas”
Lo que empezó como una cámara al hombro se ha convertido en una misión: ayudar a los más olvidados
Mallorca - Publicado el
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“Se pueden cambiar vidas”. Ese es el lema que repite una y otra vez Rubén Díaz, un joven fotógrafo de Palma que dedica gran parte de su tiempo libre a ayudar a personas sin hogar y a quienes atraviesan situaciones difíciles. Lo que comenzó como un gesto de empatía se ha convertido hoy en una red solidaria que moviliza a personas a través de sus redes sociales.
Rubén, fotógrafo de bodas y eventos, recorre casi a diario las calles de Palma en busca de escenas cotidianas para su cámara. Pero no solo dispara fotos: se para, habla y ofrece su ayuda a quienes viven en la calle. “Yo nací con la empatía. Desde pequeño siempre he sido muy sensible y me ha importado mucho la gente que necesita ayuda. Llevo más de diez años implicado porque la vida está muy dura, los alquileres son elevados y hay más de 10.000 personas sin techo en Mallorca”, explicó hoy en COPE Mallorca.
Una mañana cualquiera… y un rescate inesperado
Un ejemplo ocurrió esta misma mañana. Mientras tomaba un café, Rubén vio a Helrich, un hombre polaco de 68 años, desvalido, con las manos y los pies destrozados, que le pidió una ambulancia. “Temblaba de frío, llevaba solo un pantalón. Llamé al 112 y lo atendieron. Así ha empezado mi lunes”, relató.
No es un caso aislado. En los últimos años Rubén ha acompañado a personas como Marc, un joven colombiano que huyó de las mafias en su país y que ahora encuentra en él un apoyo fundamental; o Nicolás, que gracias a su mediación volvió a trabajar y tener un techo. “Lo importante es darles calor humano y cariño. Muchos llevan años sin hablar con nadie”, asegura.
Sus redes sociales se han convertido en un altavoz para visibilizar estas realidades. “Mucha gente quiere ayudar, pero no sabe cómo. Yo hago de puente. Les pido permiso para grabar un vídeo, comparto su necesidad y entre todos recaudamos ropa, productos de higiene o sacos de dormir. Lo que falta es perder el miedo a acercarse”, subrayó.
Rubén denuncia que “las personas sin hogar son invisibles” y recuerda que muchas veces la indiferencia duele más que la necesidad material: “Esta mañana más de 20 personas pasaron al lado de Helrich y nadie se detuvo”. Por eso defiende que hacen falta “actos revolucionarios de amor” que despierten conciencias.
Además, trabaja en nuevos proyectos junto al Ayuntamiento de Palma, como la creación de “puntos de luz”: espacios con duchas, un café caliente y un lugar seguro para quienes viven en la calle. También colabora con profesionales que aportan su experiencia, como un dentista que se ofreció a poner prótesis dentales gratuitas a personas sin recursos.
“Nos puede pasar a cualquiera. No todo el mundo en la calle tiene adicciones, muchos llegan ahí por problemas de salud mental, soledad o la falta de vivienda. Lo importante es que la gente sepa que puede ayudar, y que cada gesto cuenta”, afirmó.
“Actos revolucionarios de amor”
Rubén insiste en que, aunque a veces la dureza de lo que vive le afecta, ayudar a los demás le da fuerzas: “A mí se me han muerto en brazos tres personas. Eso te marca. Pero la solidaridad me llena y me ayuda a seguir adelante”.
Quienes quieran sumarse a su iniciativa pueden hacerlo a través de su página de Facebook: Rubén Díaz, o en su perfil de Instagram: @rubensdiazphoto