Dos años y 4 meses después de la muerte de Paula Fornés, la conductora que la atropelló en Sa Ràpita, y que iba bajo los efectos del alcohol, ha ingresado en prisión bajo una pena máxima de cuatro años. Aunque siguen considerando que son pocos años, la familia de Paula celebra la decisión y sigue luchando con el objetivo de que Europa cuente con sistemas antiarranque en los coches para los conductores que van borrachos y evitar así las muertes en la carretera: de las 1.098 muertes que se producen al año en las carreteras, más de 400 son culpa del consumo de alcohol o las drogas.

Aunque el proceso ha sido lento, finalmente la conductora borracha que atropelló mortalmente a Paula Fornés en la Rápita está ya en prisión. Se trata de una alegría agria para la familia ya que, tal y como explica el padrino de Paula, José Fernandez, dentro de toda la lucha que llevan para aumentar las penas para este tipo de conductores que van bebidos o drogados y producen accidentes con final trágico para personas inocentes, la mujer cumplirá una condena de cuatro años por matar a una niña de 15 años: es la pena máxima que la ley permite.

Paralelamente a la peticion del aumento de las penas bajo la conduccion de los efectos del alcohol, el padrino de Paula sigue luchando por la incorporación de sistemas antiarranque para que los conductores bebidos no puedan arrancar su coche. José hizo esta petición con el apoyo de la eurodiputada rosa estarás en el Parlamento Europeo para que los vehiculos que se fabriquen y vendan en europa vengan con la preinstalacion o instalación de los sistemas automaticos de deteccion de alcohol que ya existen en paises como estados unidos. Asegura Fernández que sería lo justo para salvar muchas vidas y es que recuerda que de las 1098 muertes que se producen al año en las carreteras, más de 400 son debidas al consumo de alcohol o drogas.