La noticia de la marcha de Juan Carlos I de Zarzuela, donde ha vivido más de 50 años, ha sido un terremoto político y social en un verano ya demasiado denso para los españoles a causa del coronavirus. Entre todo el lío que se ha organizado y tras la histórica carta que Don Juan Carlos le ha mandado a su hijo Felipe VI, muchos se preguntaron por la situación de su esposa, la Reina Sofía.

Ella seguirá viviendo en Zarzuela y tanta normalidad ha querido dar a la situación que ha sido la primera de la Familia Real en llegar a Mallorca, al Palacio de Marivent en las vacaciones más atípicas que vivirán en los últimos años.

El detalle de la reaparición de la Reina Sofía

Los Reyes inician este fin de semana junto a sus hijas su tradicional estancia veraniega en Palma, un periodo que este año va a ser atípico por las consecuencias de la pandemia de coronavirus y por las repercusiones de la salida de España de Juan Carlos I. Está previsto que entre el viernes y el sábado ya estén en el Palacio de Marivent don Felipe, doña Letizia, la princesa de Asturias y la infanta Sofía.

Allí se encontrarán por vez primera con la Reina Sofía después de que don Juan Carlos comunicara el pasado lunes que salía de España para facilitar las funciones de su hijo como monarca tras las noticias y la investigación judicial sobre sus presuntos negocios opacos. Doña Sofía, que seguirá residiendo en Zarzuela y mantendrá sus actividades institucionales, llegó días atrás a Palma acompañada de su hermana, Irene de Grecia, y de su hija la infanta Elena.

Pero no fue hasta este miércoles cuando se la pudo ver por vez primera por las calles de la ciudad al acudir a comprar a varios establecimientos. Justo en ese momento fue ampliamente ovacionada por quienes se la encontraron y no pocos fueron los que se percataron de un detalle en la Reina que se ha interpretado como una muestra más de fidelidad a su marido y a la institución monárquica.

El anillo de casados que llevaba Doña Sofía

La Reina Sofía ha decidido volver a lucir su anillo de casada en el dedo anular de la mano izquierda. Algo poco habitual y que se ha interpretado precisamente como un mensaje de apoyo y lealtad cuando más se necesita, un apoyo discreto pero contundente y firme, como siempre se ha caracterizado Doña Sofía.