El cerdo negro mallorquín contiene un 60% más grasas saludables que el industrial

Los estudios han certificado que el cerdo negro mallorquín representa un ejemplo real del sistema de producción extensivo mediterráneo que utiliza los recursos naturales disponibles. Aunque se admite que la eficiencia de la producción es inferior a la industrial, eso se compensa con la calidad elevada de la carne y de la grasa. En este sentido, se destaca que el cerdo negro hace más grasa que el cerdo industrial, pero es más rico en grasas saludables (casi el 60%). Además, de la carne, se destaca que es más tierna, sabrosa y tiene más color. También se destaca que registra menores pérdidas de agua.

Con respecto a la aceptación entre los consumidores, se certifica que estos valoran muy positivamente que los productos del cerdo negro mallorquín sean exclusivos y que los cerdos estén en libertad, incluso más si lo comparamos con otros productos similares, como la carne de ternera de calidad.

En definitiva, se subraya la importancia de mantener la genética y el sistema de producción para mantener la calidad del producto y se alerta sobre la necesidad de aumentar precios para garantizar la sostenibilidad de la raza, el sistema de producción y los productos que se obtienen. En este sentido, se pide intensificar las actuaciones de promoción y aprovechar la legislación actual sobre venta directa en las explotaciones.

El Servicio de Mejora Agraria y Pesquera de las Islas Baleares (SEMILLA) ha organizado  una jornada de transferencia de resultados sobre los estudios realizados en el marco del proyecto Treasure, una acción de investigación e innovación financiada por el programa europeo “Horizonte 2020” y que se ha desarrollado entre abril de 2015 y marzo de 2019. La participación de SEMILLA en el proyecto se ha centrado en el cerdo negro mallorquín.

Treasure es una acción de investigación e innovación financiada por el programa europeo “Horizonte 2020” con el objetivo de mejorar los conocimientos, habilidades y competencias para desarrollar las cadenas existentes y, a la vez, crear nuevas cadenas de producción porcina sostenibles y basadas en recursos genéticos locales europeos (razas autóctonas).