Una Vuelta abochornada
El boicot continuado a la ronda española ha sido promovido desde el mismo gobierno de la nación y una parte del espectro político, empleando además TVE como agitadora y amplificadora de la protesta
Línea de meta a la que no llegó al Vuelta en Madrid
Mallorca - Publicado el - Actualizado
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Enric Mas y Albert Torres no han tenido que vivir esto. Los corredores baleares del equipo Movistar no han corrido esa carrera de obstáculos en la que han convertido la Vuelta ciclista a España en este 2025. Si tenían algún disgusto por no participar, seguro que se les pasaría ya en los primeros días de carrera.
El pretexto de un equipo ciclista con el nombre de "Israel Premier Tech" del magnate Sylvan Adams, canadiense-israelí, ha provocado un boicot continuo a la Vuelta, una carrera en la que han estado en peligro continuado los ciclistas, los guardias civiles y demás componentes de la Vuelta y los propios manifestantes irresponsables que invadían la calzada.
Uno de los acontecimientos deportivos clásicos del calendario deportivo español ha sido más noticia fuera del ámbito deportivo que el deportivo, la conversación ha girado en torno al derecho de los manifestantes a interrumpir la carrera y a los deportistas a hacer su trabajo, ojo, deportistas y quienes viven también de un gran evento que es muy complejo de organizar.
Cada etapa que hemos escuchado en la Vuelta en COPE con Heri Frade, Quique Igleas y todo el equipo con el ganador del Tour Óscar Pereiro, inevitablemente ha sido una crónica en directo de incidencias, cortes, protestas, ciclistas en peligro, caídas, insultos, "escraches" a ciclistas que no saben qué han hecho para recibir el odio de esas personas, lanzamiento de chinchetas a la calzada, actuaciones de Guardia Civil y policías locales y nacionales por asegurar la carrera, por intentar evitar lo cortes. Algunas etapas no han finalizado, como la última en Madrid, donde se preveía el conflicto alentado desde lo que llaman izquierda y lo que es peor, el propio Gobierno. Otras cambiaron de recorrido sobre la marcha. El resultado fue una etapa inconclusa y un podio clandestino. Ganó Jonas Vingegaard aunque esto no parece importarle a nadie.
Hemos vivido una versión nacional del "apreteu" de Quim Torra cuando pedía a los trístemente famosos CDR que siguieran incendiando las calles en el delirio del procés. Ahora quienes han alentado la protesta han sido el mismo presidente del Gobierno Pedro Sánchez, su delegado del Gobierno en Madrid Fran Martín, por supuesto no podían faltar quienes han vivido siempre de la agitación, Iglesias, Montero, Belarra y hasta Otegui. Sí, sí, el mundo etarra consternado por los niños de Gaza ya que ignoraron a los de su tierra.
Siguiendo los mecanismos propagandísticos de la agenda woke, en los que se esgrime un concepto universal, el que sea, como salvoconducto para imponer sus creencias. Racismo, todo aquel que no secunde sus posiciones es un racista; feminismo, todo aquel que no secunde su forma de entender la defensa de la mujer, es un machista y un maltratador; paz, todo aquel que no proteste contra Israel es un genocida. Y así podríamos seguir.
Es curioso que quienes con tanta vehemencia han cogido la causa de Gaza nunca tengan un recuerdo para los centenares de israelíes asesinados ni los secuestrados. Es una protesta de parte. No hay nadie tan vil que no sienta dolor por los dramas humanos, salvo que sea un psicópata. Hay que preguntarse, sin embargo, por qué es Gaza y no la persecución y matanza de cristianos en países de África como la República del Congo que patrocina al Barcelona, Nigeria, entre otros países.
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No es de los terribles conflictos que asolan al mundo de lo que venía a hablarles, sino de la instrumentalización del deporte y de una presa fácil, la Vuelta, porque es muy fácil cortar una carrera, cientos de kilómetros. Basta la voluntad de unos pocos, sus banderas y pancartas de turno y ya tienen cuota de pantalla, máxime cuando quienes dirigen lo que sale en la pantalla tienen parece más interés en la protesta que en la carrera.
Es lo que ha ocurrido con esta cobertura de la TVE más politizada de la historia. En realidad las televisiones públicas siempre han sido herramientas de propaganda de los gobiernos de turno, también regionales, más o menos.
Qué enternecedores eran aquellos viernes negros durante los gobiernos del PP. Había un contrapeso contra lo que se entendía era una manipulación política. Dónde han quedado aquellos viernes, dónde están los contrapesos en una televisión en la que hay programas y comunicadores propagandistas del gobierno desde la mañana hasta la noche.
Volviendo a la Vuelta, qué culpa tiene la Vuelta, qué culpa tienen los ciclistas, de lo que ocurre en un lugar del planeta o en otro. Qué tiene que ver la Vuelta con todo conflicto. Qué tiene que ver el deporte. El deporte ha sido siempre el último refugio para ponerse a salvo de los conflictos del mundo, de la locura humana, como siempre dice Alfredo Relaño el deporte refleja el éxito de las personas, se ensalza la excelencia.
El deporte era el último refugio incluso para la convivencia, en el que naciones en conflicto podían coincidir, el deporte siempre fue más útil para unir que para desunir. Ahora es al revés porque cuando se politiza también el deporte, se envenena.
Debate periodístico.-
Lo ocurrido y la cobertura de lo ocurrido ha generado un debate que irrumpe en el periodismo deportivo. Periodistas deportivos que defienden que un acontecimiento deportivo se convierta en una plataforma de protesta, que están a favor de que se impidiera finalizar la Vuelta, o que se le den más importancia a la protesta que a la misma prueba.
Inconscientemente nos están diciendo que ellos son mejores porque están por la paz y todo lo demás no importa, que no son como al resto, que son insensibles. Pero por qué ahora, ¿por qué en este conflicto y no en otro? ¿ha de ser siempre así?
Un periodista de TVE, Ernest Riveras, se mostraba orgulloso de que la televisión estuviera mostrando con todo lujo de detalles la protesta, porque "una televisión pública que hace esto denota la buena salud de un país, porque nuestro país está en el lado correcto de la historia (...) lo hemos enseñado al mundo. Hemos enseñado todo y no hemos evitado nada, y eso que las televisiones tienen un protocolo y que cuando se interrumpe el deporte no se da nada. Deberían acompañar hasta la puerta al equipo de Israel y decirles que se deben ir de esta carrera".
No sabía que una competición deportiva era el lugar para luchar acabar con las injusticias del mundo. El deporte ayuda y puede ayudar a causas nobles, lo ha hecho siempre, pero su cometido es otro y es otro ámbito.
¿Van a impedir la presencia de equipos israelíes en fútbol, baloncesto, etc?, ¿son capaces de falta al respeto a un deportista israelí por su nacionalidad?, ¿te hace mejor o peor tu nacionalidad? Me venía a la memoria estos días que durante la invasión de Irak de Estados Unidos, una guerra que dejó miles de muertos y dejó un país destrozado y peor de lo que estaba antes, corría la Vuelta ciclista el US Postal, en aquellos años no recuerdo ninguna protesta.
La cuestión es que si un acontecimiento deportivo y una retransmisión deportiva es un lugar para visibilizar un conflicto que no tiene nada que ver con esa prueba. Se ha abierto un camino muy peligroso que pone al deporte al servicio de la reivindicación de turno. Porque si como dicen algunos es lo que hay que hacer, quién decidirá qué protestas se visibilizan y cuáles no.
Imaginemos que mañana se corta una prueba en protesta por los cristianos asesinados en África, miles de víctimas inocentes. ¿Se muestra? ¿Quién decide que se muestra o no se muestra? ¿Hay causas mejores y peores? ¿Cuáles son las más importantes? ¿Quién decide la importancia? Quién decide darle luz y taquígrafos a la protesta o quién decide que no se muestra (como se hace en los partidos de fútbol para no alentar precisamente a esas actuaciones). ¿Es ése el cometido de una retransmisión deportiva?
Este asunto es una instrumentalización pura y dura de una causa por interés político. Los mismos que instrumentalizaron el caso Rubiales como defensa de la mujer mientras legislaban poniendo en peligro a las mujeres.