Scaloni, el héroe discreto de la proeza argentina
Tras Menotti y Bilardo es el tercer técnico que consigue el Mundial con Argentina, además de conquistar la Copa América.

Scaloni, el héroe discreto
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hasta ayer no se le había visto compartir foco con los jugadores. Después de cada partido, Scaloni se marchaba lo antes posible del césped para celebrar consigo mismo o con su cuerpo técnico los triunfos. Estaba pendiente de sus jugadores y cuando creía que ya no era necesario corría hacia su vestuario.
A Lionel Scaloni se le vio al fin tras la explosión victoriosa en una final agónica y difícil de describir. Cuando todo estaba ya liquidado, las cámaras se fijaron en él por primera vez, desde la misma banda se le descomponía el rostro en lágrimas al recibir a Paredes en un gran abrazo. Scaloni siempre había compartido con su cuerpo técnico todo, formado por compañeros y gente de mucho vuelo en el fútbol argentino como Aimar, Samuel y Ayala, pero no ha dejado su perfil bajo en ningún momento. Tras el partido su tono era el mismo, sólo quebrado ante las cámaras de televisión al nombrar a sus padres.
Scaloni está acompañado de gente seria, gente como él, más de laburo como dicen los argentinos que del folklore. "De mucha pala y poco pico", cambiando el refrán y como dijo una vez el célebre Doctor Beltrán en 1997 cuando quiso presentar a un entrenador desconocido en España, Héctor Cúper, como un técnico de garantías para el RCD Mallorca.
Scaloni es económico en su mensaje pero eficaz por contundencia, por tocar teclas importantes, por ver el fútbol de manera lo más sencilla posible. Y es vivo, muy vivo, en cada comentario transmite esa autenticidad y emoción. Así lo hacía cada semana en el consultorio en Deportes Cope Baleares.
Scaloni transmite justo lo que quiere, ya dijo Messi del técnico que es un gran comunicador. Scaloni ha sido el apoyo que todo jugador necesita cuando se pone la celeste y blanca, cuando tiene todo el peso de un país sobre sus hombros. Es un técnico joven, acaba de empezar y ya tiene un Mundial y una Copa América, quizá fue por accidente al principio, una suerte de héroe por accidente, pero después supo asumir y soportar con naturalidad nada menos que ser el seleccionador argentino, soportó la presión del mayúsculo reto que suponía dirigir a un equipo nacional de Argentina sin experiencia como primer entrenador.
No es lo habitual, seguramente la cúpula de la AFA debió pensar mil veces que había que buscar un nombre con trayectoria que calmara al país en lugar de un técnico novato, que no fuera un tormento para Scaloni y sobre todo no les apuntaran a ellos. Puede que lo pensaran pero no lo hicieron y justo es reconocer el mérito que tienen no sólo quienes consiguen las cosas, sino quienes apuestan por esas personas para que las consigan.
Hoy nadie habla de a quién se le ocurrió pero ese alguien supo ver algo en Scaloni que le infundió confianza. No le ha decepcionado. Son cuestiones hoy tangenciales, líneas que pasan lejos del foco principal, que está en los protagonistas, los jugadores, y fundamentalmente en el "Messías" del Mundial. Messi ya puede descansar en paz, tiene el Mundial, el gran arma arrojadiza que se empleaba contra él. No es tan grande como Diego, no tiene el Mundial decían. Ahora ya lo tiene, volverán los debates interminables sobre quién es mejor, porque lo dirá cada uno en función de su gusto, si Maradona o Messi, otros dirán Pelé, Di Stéfano y otros hablarán de Cruyff, pero en el eterno debate argentino Maradona-Messi cada uno tirará por un lado y los más pragmáticos dirán que por qué elegir.
Lionel Scaloni no ha variado su perfil bajo ni aun conquistando la Copa del Mundo, cuando podría haber pasado muchas facturas a tantos. No estaba eso en su ánimo ni es así ni es su estilo, él está pensando en descansar con su familia y en volver a disfrutar preparando el gran capital humano del que dispone, ese conjunto de talentos que dice le hacen la tarea sencilla porque "tengo donde elegir, es más fácil", le decía a Germán Dobarro en Tiempo de Juego, es el mismo Scaloni, el héroe discreto.