El Illes Balears Palma Futsal, el tricampeón de la Intercontinental que se hace eterno
El equipo mallorquín logra su tercer título consecutivo en la Intercontinental tras ganar 4-2 a Peñarol y acumula seis finales internacionales ganadas tras una noche memorable en Son Moix. Este lunes será la celebración por las calles de Palma hasta el Consolat de Mar (19h)
Mallorca - Publicado el - Actualizado
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Ganar tres títulos consecutivos en la NBA es conocido como un "three-peat", ya se sabe que en el deporte gusta acuñar términos, expresiones o frases que dicen mucho más a veces que la misma noticia de un éxito, para registrarlo para la eternidad.
Es justamente lo que ha hecho el Illes Balears Palma Futsal, o simplemente Palma Futsal de soltero o antes Fisiomedia Manacor cuando el proyecto cogió vuelo en el Este de Mallorca y acabó instalándose en la capital como proyecto ambicioso de fútbol sala.
Lo que ha hecho el equipo mallorquín es inscribir ya su nombre en la historia, lo había hecho con algo que parecía irrepetible, su primera Liga de Campeones en el Velódromo, en Palma. Y resulta que lo irrepetible se repitió, porque el equipo dirigido por Antonio Vadillo ganaba después en Brasil la Intercontinental.
Desde entonces lo ha seguido haciendo hasta convertirse en un equipo dinástico, un equipo que ha encabezado el fútbol sala continental y mundial con la Intercontinental, un título rescatado no hace mucho y que tutelará ya en breve la FIFA seguramente como Mundial de fútbol sala.
Habrán contribuido a darle brillo mundial al torneo la organización de Mundo Futsal, los equipos que le han dado máxima importancia y la organización en Palma, que ha sido excelente, de los dos últimos años.
El Palau de Son Moix repetía por segundo año consecutivo y vio en un ambiente de duelo de animación entre aficiones, increíble la hinchada de Peñarol por su animación, constancia y pertenencia casi religiosa a sus colores, no menos destacada la afición del Palma que se puso las pilas para que no le pintaran la cara en su casa, con su grupo de "la 25" que toda la afición local durante la noche.
Una gran final.-
Lo que todo aficionado quiere ver y vivir ocurría el viernes en Son Moix, claro que sólo unos ríen y otros lloran porque tiene que ganar uno, pero como decía el entrenador Vadillo, ganaba el fútbol sala, porque fue un gran día de fútbol sala.
Una noche espectacular, un partido vibrante, emocionante, de una intensidad enorme. Si entramos en lo deportivo siempre dejó el Palma la sensación de estar un punto por encima, pero no significa nada ante un rival bravo, Peñarol consiguió siempre meterse en el partido pese a ir por detrás en el marcador, apretar el encuentro y poner el ay en el cuerpo a la hinchada local.
El Palma tuvo que emplearse a fondo, apareció el rey de Copas de Europa, Mario Rivillos con dos goles, el segundo tras una gran acción combinativa. Los uruguayos sin embargo siempre estuvieron en el partido y la final no estuvo ganada hasta los últimos segundos de partido cuando Ernesto consigue interceptar y marcar desde su cancha cuando Peñarol ya iba a tumba abierta con portero-jugador buscando el empate.
Y ahí se desataron las emociones de todos, el Palma se convertía en tricampeón de la Intercontinental como antes lo fue de la Liga de Campeones, un privilegio al alcance de muy pocos, en fútbol sala sólo superado por Inter con cinco títulos, empatando con los tres del brasileño Magnus. Los campeones serán homenajeados esta tarde en el Consolat de la Mar, una bendita rutina para un equipo que últimamente está continuamente celebrando títulos.
Un espectáculo mundial.-
La noche no fue tan solo fútbol sala y animación, aun cuando es lo nuclear de la cuestión, que hubiera un gran partido y un ambiente a la altura de un torneo transmitido a más de 200 países. El envoltorio importa cuando se trata de partidos de alta trascendencia y a los que se quiere vestir. Ya sabemos que en ocasiones "la guarnición se ha comido al solomillo" como dirían Lillo y Arrasate, pero eso iba a referido al juego, a que lo anecdótico se ha comido lo principal muchas veces, la anécdota, la mano tonta que nadie vio, el penalti, no se habla de fútbol.
En el caso de una final, concebida como espectáculo, se habla muchas veces más de si actuará fulanito o menganita, a los equipos y sus aficiones a veces les sobra tanta "parafernalia", conciertos etc, es cuando se pasan de frenada los organizadores, que parece que estorba el partido en sí en un concierto.
No fue el caso de la final de la Intercontinental, que exhibió un sonido y juego de luces así como "vídeomapping" (proyección de imágenes) en el parqué que sólo hizo que darle colorido al partido, actuaciones musicales bien colocadas, ni muy largas ni muy cortas, sin interferir en el partido en sí con la mallorquina Daniela Blasco antes del partido, al descanso la pequeña Alira Moyá, ganadora de La Voz Kids, que entusiasmaron al personal. Una final desde Palma para el mundo que exportó una imagen espectacular de la capital balear.
Momentos bonitos.-
El Palma está regalando alegría a los mallorquines, también al fútbol sala español siendo un equipo ganador, momentos bonitos que Mallorca guardará para siempre y que conviene recordar cuando vengan mal dadas, que en el deporte siempre vienen mal dadas, para no dejar nunca solo a este club que ha hecho tanto para poner Mallorca y Palma en el mundo.
Y es bueno valorarlo también con todo lo que ha pasado en el club en los últimos tiempos, que ha sido mucho. Allí estaba subido en el escenario entre feliz y nervioso porque todo saliera bien, José Tirado.
Así es el ahora presidente, que las ha pasado canutas en el último año, compartiendo con la presidenta del Govern, Marga Prohens, confidencias y felicidad en presencia del presidente de la RFEF, Rafael Louzán, que se ha encontrado con un equipo español que no para de levantar copas, seis finales consecutivas ganadas todas internacionales, algún día alguna nacional, quién sabe, por ahora es el equipo que no se cansa de ganar.
Duelo de nacionalidades.-
Toda victoria y toda derrota genera debates, es inevitable, porque hay a quien le gusta la discusión más que a un niño un caramelo. Y no se trata tan solo de aficionados, el mismo seleccionador brasileño Marquinhos Xavier entraba al trapo cuando se habla de otra victoria de Europa ante América, para recordar que el Palma está lleno de brasileños.
Y así es, sin embargo es un debate que no lleva a ninguna parte, concurrían dos clubes, era una victoria de clubes. El Palma lleva muchos años nutriéndose de brasileños, aunque en la final quien marcaba dos goles era un español, Rivillos. Se trata de una competición de clubes y es cierto que debatir sobre nivel Europa-América no tenía mucho sentido cuando hay tantos jugadores sudamericanos en el equipo europeo campeón.
Eso sí, quien levantaba la copa lucía la bandera de España, la que se puso en la cintura Piqueras, recuperándose de su lesión. Un detalle importante en el que sí reparó el jugador murciano.