"Vuelta al mundo" con el campamento Don Bosco en Santiago
Unos trescientos niños y adolescentes acuden diariamente al O Bosco Verán 2023, un campamento con diversión y aprendizaje a partes iguales.

Herrera en Cope se fue de campamento esta mañana a Don Bosco
Madrid - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
Cualquier mañana de verano, la rúa Belvís de Santiago suena a alegría: la que se escapa desde primera hora desde el patio del Centro don Bosco. Unos 300 niños y adolescentes participan cada día en el campamento que ofrece esta institución nacida al abrigo de la familia salesiana. Este mes de julio el hilo conductor de las actividades es una vuelta al mundo, con parada cada semana en un continente: sin mochila ni cantimplora, hemos aterrizado en América. Con esta excusa, los juegos acercan a los chavales a la gastronomía, la música o la historia de ese lugar del mundo.

-
La jornada comienza con una bienvenida, siempre con mensaje, según nos explica Beni, el coordinador de actividades del centro. Hoy por casualidad se ha pasado a saludar don Paco, un salesiano muy querido, ya jubilado, que hace un relato muy poético sobre cómo se forman las perlas dentro de los moluscos e invita a los chavales a ser ellos también, joyas, con la ayuda de sus familias, monitores, profes...Ovación de acogida pero también de despedida a don Paco, que luego confiesa a Cope que toda la vida se ha dedicado a la juventud

-
Ocio educativo es la seña de identidad de los campamentos don Bosco, lo cuenta Beni pero también el resto de los monitores con los que hablamos y se ve que la fórmula funciona, porque quien prueba, repite: Emma y Tiago tienen apenas diez años cumplidos y ya no recuerdan cuántos años llevan viniendo a Don Bosco en verano. En algo coinciden los dos: lo que más les gusta, las nuevas amistades que pueden hacer aquí.
Los mayores de 14 y hasta 18 años pueden preparase para ser monitores, y además de divertirse aprendiendo, terminarán con un certificado que acredita formación de 40 horas, prácticas incluidas. En ese grupo encontramos a Nico y a Nath, él también de los "repetidores" en los veranos de Don Bosco, ella empezó a venir en Navidad... y ya no se quiso marchar. "Al principio no tenía mucha motivación para venir, pero me dio mucho ánimo, mucha empatía poder estar con todos, con gente muy diversa... y me hizo sentir que igual yo también valía para ser monitora de campamento". Su cabeza hoy, pensando en las 24 horas continuadas que pasarán -los que quieran del grupo juvenil- mañana, con pernoctación incluida en el Centro. "Creo que va a estar bastante bien y vamos a guardar un buen recuerdo", asegura Nath

-
El campamento tiene además su propio álbum de cromos, que permitirá a los participantes llevarse un recuerdo de su paso por aquí: porque las estampas que se intercambian tienen las caras de los monitores y compañeros. En la entrada hay un gran mural con los rostros de los cuarenta monitores. Beni nos explica que está "aquí na entrada para que as familias e os nenos poidan ver a todo o equipo de monitores pero ademáis poden conseguir o seu propio. Hai sobres coa imaxe dos monitores" que pueden conseguir, para luego intercambiar con sus amigos, realizando algunas actividades. "Colaboramos con COREGAL nunha actividade de reciclaxe, entón si traen tapóns, 30 á semana, poden conseguir o seu. Logo depende das idades, teñen o seu reto... buscar información sobre un dos países e contarllo ao resto do seu grupo, facer algún debuxo sobre as actividades..." Se trata de una actividad transversal, en la que participan todos: no me atrevo a preguntar cuál es el cromo más difícil de conseguir, si el de Alejandra, Marta, Brais, Xesús...Monitores todos, también "repetidores" en la familia don Bosco. "Esto es un mundo diferente, otros campamentos ofrecen ocio, y aquí también, claro que jugamos al brilé, pero hacemos muchas más cosas, y desde un punto de vista educativo", me cuentan mientras seguimos recorriendo el continente Americano jugando.

-
El campamento Don Bosco da cabida también a peques con necesidades especiales, con monitora especializada y aula de respiro, para los que necesiten ratitos o mañana casi completa algo más sosegada: "hai quince, algúns que están totalmente integrados nos grupos e outros que precisan unha atención máis personalizada", explica Beni.

-
Con el último día de julio terminará la vuelta al mundo en Don Bosco... pero de los trescientos peques y adolescentes que han participado en le viaje, más de la mitad continuarán también en agosto en las actividades que ofrece el centro. Entre otras, está el campamento urbano tanto infantil como juvenil, que es gratuito. "O que intentamos é poñer en valor os recursos da cidade, os parques naturais, a piscina, imos á praia...queremos que todos teñan unha opción saudable e por iso facemos este proxecto, no que nós reinvertimos" explica Beni.
Detrás de todas estas propuestas, meses de trabajo, claro... pero sobre todo, mucho cariño

-