Jancary, venezolana en Teo: “la clave es cambiar el chip de lo que podría ser allá a la vida que tengo aquí"

Dos inmigrantes sudamericanas que han encontrado una nueva oportunidad para ellas y sus familias en Galicia nos cuentan su experiencia. Aseguran que todo el mundo puede integrarse

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Maribel y Jankary, de Panamá y Venezuela, se sienten completamente integradas en Milladoiro y Teo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Nacieron a miles de kilómetros de aquí, pero se sienten ya como cualquier vecina de Teo y Milladoiro. Hace cinco años que Jancary dejó Venezuela, Maribel, quince ya que decidió que Panamá no era el país que quería para criar a sus dos hijos adolescentes, preocupada por la violencia de las bandas juveniles: “mis hijos tenían que pasar forzosamente por esos lugares y eso no me dejaba en paz. Yo no podía estar tranquila con eso”.

Visto lo que ha sucedido en las últimas semanas en Santiago, con dos agresiones graves a las puertas de locales de ocio nocturno y con una persona fallecida, pide que no se baje la guardia: “una de las cosas que me gustaba aquí en Milladoiro era que yo tenía una paz y una tranquilidad, mis hijos podían ir a jugar con sus compañeros y yo estaba tranquila. Una discusión pasa en todas partes, pero esa paz y esa tranquilidad, aquí todavía se puede conseguir, pero hay que preocuparse, porque las que vamos a sufrir somos nosotras, las madres, las que vamos a perder a nuestros hijos, y no es justo”.

Ella conoce a la familia del joven fallecido en la pelea del día dos de enero: “es algo que a todos nos llegó de una forma tan fuerte, que es difícil salir de eso... no se puede llegar a esos extremos, no puede estar pasando”. Y es cosa “de toda la comunidad, no podemos dejar que esto llegue a mayor, que siga pasando”, insiste.

FORMANDO “FAMILIA DE VIDA”

En el caso de Maribel, fue también el cuidado de sus hijos lo que la animó definitivamente a dar el paso de saltar el charco y buscar una vida mejor: “si mis niños enfermaban en Venezuela, no podía conseguir los medicamentos...para mi la salud es lo primero” explica. Su marido tenía familia en Galicia, así que el aterrizaje fue un poco más suave pero, igual que Maribel, agradece todo el apoyo recibido de muchas manos, especialmente en la parroquia de Milladoiro, donde las dos han conseguido un trabajo. Pero ambas reconocen que a ellas les correspondió dar un paso clave: “tienes que cambiar el chip”, dice Jancary. “Dejar de pensar en la vida que tenías allá, y asumir la oportunidad de esta nueva vida”. Jancary es ingeniera: ahora como administrativa en la parroquia ayuda a personas que se encuentran en la misma situación en la que ella se vio cuando vino de Venezuela.

“Me gustaría ejercer mi profesión, pero en esta otra rama he podido interactuar mucho con las personas, me ha permitido conocer esa faceta de mi. En Venezuela trabajaba con los obreros... en la construcción, totalmente distinto a lo que hago aquí”. A las personas con las que se encuentra ahora, como estaba ella hace cinco años, les recomienda “que no pierdan el ánimo ni la fe” y cree que cualquier persona se puede adaptar “y no digo nada más de mi nacionalidad, lo digo en general, de otras nacionalidades también”. Jancary asegura con orgullo que ya ha formado aquí “familia de vida, hermanas españolas, amistades que has creado tanto tanto vínculo que piensas que ya son tus hermanas de la vida”

También Maribel cree firmemente en la posibilidad de integración, incluso de las segundas generaciones: el ejemplo lo tiene en casa porque sus hijos llegaron adolescentes y ahora tienen trabajo. Pero reconoce la dificultad de muchas familias, sobre todo madres sin apoyo en el entorno, para velar por los más jóvenes: “a veces tenemos que dejar a nuestros chicos en casa, y no podemos verlos en las 24 horas del día y preocupadas porque no sabemos qué estarán haciendo”. Ella tenía a sus hermanas “e íbamos dándonos unos con otros la ayuda, pero esas madres que no tienen aquí a nadie, eso es más difícil”, insiste.

Maribel también “cambió el chip” cuando llegó de Panamá a Galicia: lo principal era “salir adelante con mis chicos... llegué ya con una cierta edad”, y luego está el problema de la homologación de titulaciones, así que asegura que no le importa no poder trabajar en lo que se graduó en su país, Estimulación Precoz y Orientación Familiar. “No tengo que avergonzarme de trabajar como limpiadora en la parroquia, yo a todo el mundo le digo de qué trabajo y todos los días amanezco con ganas de venir a trabajar”. Asegura que “tiene los mejores jefes y aquí se respira armonía y paz, y eso es lo más importante”. Además, otra ayuda fundamental para esta panameña a la hora de integrarse fue no perder la fe: "yo busco mucho a Dios", asegura.


PREOCUPACIÓN POR LA “SEGUNDA GENERACIÓN”

Nos acercamos a estas dos historias de integración, al hilo de los sucesos violentos que se vivieron en el Ensanche compostelano nada más empezar el año y en apenas una semana: el propio alcalde de Santiago, Sánchez Bugallo, se mostraba preocupado en la entrevista en Cope: “parte das problemas que temos estes días son persoas de segunda xeración" decía el alcalde, en referencia a que varios de los supuestos agresores son de nacionalidad extranjera. "A primeira xeneración está traballando, buscándose a vida con grandes dificultades, pero a segunda xeneración está en terra de ninguén, aquí e de alí, alí é de aquí... y copia uns parámetros de violencia que veñen do seu país de orixe. Temos aí un problema ao que lle teremos que prestar máis atención no presente e no futuro".

Desde la asociación de vecinos del Ensanche de Santiago apoyan cualquier propuesta que permita mejorar la convivencia en el barrio: solicitan intervención de servicios sociales, no solo más presencia policial, porque consideran que problemas como el incremento del tráfico de drogas no tiene nacionalidad: "nós o que observamos é que eses grupos de menores son interrraciais, hai algúns tan galegos como nós. É importante que se poñan as pilas no concello e en Servizos Sociais... en Barcelona por exemplo, levan máis tempo traballando este tema sobre todo cos marroquís, pero dentro deses grupos hay xente do país como en calquera outro grupo xuvenil", asegura el presidente de Raigame, Xosé Manuel Durán.

Los representantes vecinales del Ensanche de Santiago mantenían este miércoles una reunión con el responsable de seguridade del Concello de Santiago y representantes de las fuerzas de seguridad. El presidente de Raigame lamenta que el edil Gonzalo Muiños se limitase a reprocharles que hiciesen público "o aumento de trapicheo de drogas e prostitución" que vienen denunciando en en barrio y que dio por terminado el encuentro, asegura, sin apenas escucharlos

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