Va a hacer el Camino de Santiago y lo que se encuentra le hace confirmar un tópico: "El Juego del Calamar"
En un vídeo en tono humorístico, esta joven relata varios lugares comunes que se encuentran los peregrinos que hacen la ruta santa
La usuaria de TikTok en el vídeo
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El Camino de Santiago es, para muchos, una experiencia espiritual, una oportunidad de desconexión, superación personal y encuentro con uno mismo. Sin embargo, no todos viven la ruta jacobea del mismo modo. Así lo demuestra la usuaria de TikTok @siesquenosomosnadie, cuya crónica humorística de su primer día de peregrinación se ha convertido en un retrato cómico —aunque algo incómodo— de lo que a veces se esconde tras la idealización del Camino.
“Me vine a hacer el Camino de Santiago porque estaba un poco estresada, tenía algo de ansiedad, no dormía bien… y me he dicho a mí misma: ‘Pues tira pa’l monte’”, cuenta la joven, esperando encontrar “seres de luz” en el sendero. Sin embargo, la realidad la golpea pronto. “Llevo un día y yo no sé cómo explicaros esto, pero tengo el convencimiento de que antes de que termine la semana, algunos terminan a hostias”.
Imagen de recurso
En su relato, se mezclan las clásicas escenas de albergue con una competitividad inesperada entre los peregrinos. La falta de plazas para dormir desata auténticas carreras contrarreloj entre etapas: “Esto está siendo ratas a la carrera, Pekín Express, el Juego del Calamar… y adivina quién muere esta noche”.
De espiritual a supervivencia
Lejos de la contemplación y el silencio, esta peregrina se topa con una rutina que recuerda más a un campo de entrenamiento: codazos por una cama, ronquidos imposibles de esquivar y momentos en los que la solidaridad se cuestiona. "Esta mañana, en cuanto he visto que [una compañera] se metía al cuarto de baño, se lo ha trancado con un palo de unas escobas... pero esa a mí no me va a quitar la cama", relata entre risas, evidenciando cómo la lucha por el descanso puede sacar el lado más competitivo incluso en medio del Camino de Santiago.
La noche tampoco le da tregua: “Me he metido en la misma habitación con seis jugadores de fútbol americano: cuatro alemanes y dos francesas. No te puedes imaginar cómo olía aquella habitación”. Y lo peor llega al acostarse: “A eso de las diez y media ha empezado un concierto de instrumentos de viento… el primer pedo se lo ha tirado una francesa. Lo sé porque estaba durmiendo debajo de una ventana, y esa movida ha levantado la cortina”. A pesar del caos, asegura haber dormido: “No sé si dormida, anestesiada o gaseada, pero he conseguido dormir”.
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Incluso en momentos donde otros sufrirían accidentes, el instinto de supervivencia prima. Al ver a una italiana resbalarse en el barro, confiesa: “Digo: ‘¿La ayudo? ¿No la ayudo?’ No… no la voy a ayudar, porque si no, es una cama más por la que luchar”.
Estrategias de supervivencia
Este vídeo viral ha dado una vuelta inesperada a la narrativa del Camino de Santiago, mostrando con ironía y sinceridad lo que muchos prefieren no contar. Y, sin embargo, precisamente por eso conecta: porque detrás del misticismo hay ampollas, ronquidos, estrategias y un buen puñado de anécdotas humanas.
Porque sí, el Camino cambia a las personas. A veces te vuelve más espiritual. Otras veces, como a @siesquenosomosnadie, te convierte en una experta en estrategias de supervivencia.