Un experto criminólogo alerta de los psicópatas integrados: "Peligroso..."
Ha presentado en A Coruña su libro sobre este tipo de personas en el que da claves para neutralizarlos. Lo importante, destaca, es "protegerse" y para eso hay que preparar "un plan de fuga"

Coruña - Publicado el
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Presta atención a lo que vas a leer a continuación. Porque, a lo mejor, ni siquiera te has dado cuenta de que estás al lado de uno o una de ellos. A lo mejor estás al lado de un psicópata, pero tú no lo sabes. A lo mejor trabajas con él, forma parte de tu familia o le admiras. Pero, en realidad, forma parte de ese 1% de la población que es psicópata, aunque no mata ni es violento. Es lo que se conoce como "psicópata integrado".
El experto criminólogo, Vicente Garrido, asegura que comparar al psicópata con un "asesino en serie de las películas o las series de televisión" es "un error", es "una mirada muy reducida y muy limitada de lo que es la psicopatía". Explica que un psicópata es aquel que no establece "una conexión emocional" con los demás, que no tiene "un sentimiento profundo" cuando establece relaciones, sino que, más bien, es "un sentimiento instrumental, una relación funcional". Divide a la gente entre "los que les son útiles y los que no".
No tiene, además, "sentimiento de culpa ni conciencia que le guíe a la hora de tomar decisiones". Y eso, subraya Garrido, es lo que le hace "peligroso en la vida personal, ya sea en el ámbito familiar o laboral y, por supuesto, en el mundo de la política". Apunta, en este sentido, que es en el mundo empresarial y político donde encontramos un porcentaje superior de psicópatas porque "son lugares donde se puede conseguir mucho poder en relativamente poco tiempo y son muy atractivos para estas personas".
Este rasgo de personalidad suele darse más en hombres que en mujeres. Pero afirma Garrido que también se da en mujeres "de una manera, si quieres, más indirecta, a través más del juego social, del abuso psicológico, de una manera más difícil de detectar".
¿La psicopatía se hereda?
"No necesariamente" es la respuesta de este experto criminólogo. "No hay un componente hereditario directo", subraya. Lo fundamental para no desarrollar una psicopatía, señala, es la "educación desde el primer día".
¿CÓMO DETECTARLOS?
En su libro "El Psicópata Integrado en la familia, la empresa y la política. Claves para neutralizarlo", Garrido explica que todos tenemos "un sistema de vigilancia" que forma parte de nuestra herencia antropológica, porque, desde siempre, "ha habido personas que buscan aprovecharse del otro, que manipulan y engañan para conseguir sus propósitos. Los seres humanos desde que fuimos cazadores-recolectores hemos tenido la necesidad de protegernos de estas personas insolidarias y profundamente egocéntricas".
Para detectar a este tipo de personas señala tres ideas fundamentales: la primera es "prestar atención a lo que hacen y no a lo que dicen que hacen" porque son "expertos explicando y contando cosas que, en realidad, no son ciertas, ni respecto a hechos del pasado ni a las cosas que están sucediendo ahora, de tal manera, que ellos pueden afirmar que tienen relaciones o que conocen a alguien y nada de esto ser cierto y mucho de su pasado suele ser inventado".
La segunda cuestión a tener en cuenta es la "intuición". "Esa intuición te avisa cuando estás en situaciones que a ti te ocasionan confusión, duda o miedo. Es un sentimiento del cuerpo, un malestar, una ansiedad" para que, según este experto criminólogo, te pares y estudies y analices esa situación que estás viviendo.
La tercera idea para detectar a este tipo de personas es los "graves problemas" que suelen tener a la hora de conectar, de empatizar. "Te das cuenta que muchas veces sus respuestas, frente a cuestiones que nos causan problemas o una gran preocupación son respuestas vacías, superficiales". Son personas que no llegan al "fondo emocional del asunto" y pueden utilizar "palabras más o menos bonitas o adecuadas pero si conocemos a esa persona un tiempo te das cuenta de que, en realidad, no es capaz de comprender plenamente nuestros sentimientos".
CONSECUENCIAS
Si la definición de psicópata integrado es aquella persona que utiliza a la gente como un medio para sus fines y que no se interesa por el bienestar de los otros en absoluto, sino que finge que se interesa, las consecuencias para nuestra vida personal pueden ser desastrosas. "Seremos manipulados, haremos cosas que, en principio, no querríamos hacer, quizá abandonemos proyectos o metas porque la otra persona nos ha convencido que no son adecuados".
Es lo que se conoce, en palabras de Vicente Garrido, como "angostamiento espiritual, estrechamiento espiritual". "Tu sentimiento de paz contigo mismo va desapareciendo porque el otro se alimenta emocionalmente de ti y, en general, llega un momento donde te preguntas qué es exactamente lo que está pasando", indica.
Reconoce que "muchas veces la gente no entiende muy bien la situación en la que se encuentra y se preguntan cómo he llegado a hacer esto, cómo me siento de esta manera, por qué no he estado haciendo cosas que quería hacer". Por eso, recomienda un momento de pararse y reflexionar "muchas veces la respuesta es: mira, si estás con esta persona y esto ha empezado desde que estás con esta persona, siéntate un momento, reflexiona. Toma distancia del problema e intenta conocerte. Ver qué tipo de persona eres y en qué medida ese tipo de persona que quieres ser está ahora, digamos, siendo saboteado por esta relación".
¿CÓMO NOS SALVAMOS DE LOS PSICÓPATAS?
Según el autor, para salir de una relación personal con un psicópata, hay que contar con una red de apoyo: familia, amigos. Y lo importante, destaca, es "protegerse". Cuando se produzca la separación, estar en condiciones de que la otra persona, desde el punto de vista legal o físico, "no pueda hacerte daño" y para eso hay que preparar "un plan de fuga". "Hay que hacerlo con cabeza", recalca.
Indica que cada psicópata es "diferente". Los hay "más vengativos, con menos autocontrol y ahí, quizá, pueda haber una situación de riesgo físico". En estos casos, Garrido señala que "las autoridades proporcionan, en general, cobertura para esto". Explica que a los psicópatas lo que más les preocupa es "perder la imagen" que se tiene de ellos. "Lo importante es que no tengan oportunidad de contactar ni desde el punto de vista legal ni personalmente. Para eso, repito, lo mejor que puede hacer una persona es protegerse con sus amigos y su familia".
En el ámbito empresarial y político cree que la responsabilidad recae en las instituciones que deben llevar a cabo una "acción preventiva". "Las empresas no deben contratar a personas que fingen ser innovadores o grandes conseguidores de cosas de manera inmediata". Ese, según Garrido, es el "reclamo" que utilizan para presentarse como gente "muy determinada, con muchas ideas, pero que, en realidad, están planteando cosas que son temerarias y, en absoluto, suponen un beneficio para la empresa o los trabajadores".
Por lo tanto, a su entender, el trabajo recae en los departamentos de Recursos Humanos que deben distinguir entre la persona "honesta, decidida y con buenas ideas de la persona temeraria que plantea una cortina de humo para esconder su deseo de conseguir el poder".
En el caso de la política, muchas veces, asegura, los partidos dejan a un lado el precio que van a pagar y se entregan a personas que "teóricamente tienen un gran carisma y pueden convencer a mucha gente porque les augura beneficio". Y esto, apunta, es "un problema" porque cuando el psicópata toma el poder es "nadar para morir en la orilla. Son promesas que al final no conducen a nada". Es lo que en su libro denomina "patocracia", un "dominio de la persona patológico.
Por eso, insiste, los partidos políticos deberían establecer "cribas importantes" con respecto a "criterios morales". "No basta con que tú conozcas a personas claves, con que parezca que tienes tirón popular. Esos no pueden ser los criterios porque ya vemos lo que pasa: casos de corrupción, casos de delincuencia de cuello blanco y esto genera un gran descrédito del propio sistema democrático. Esta gente hace mucho daño, no solamente por lo que hacen directamente, sino por el modelo que proyectan a los demás", concluye.