Chandavila, el santuario extremeño que atrajo el interés del Papa Francisco

La muerte del Papa Francisco, a primera hora de este Lunes de Pascua, ha generado una cascada de reacciones en todo el mundo. También, claro, en Extremadura, donde su amplio legado deja historias extraordinarias. 

La más evidente, la que está en el imaginario colectivo, es su participación en el pregón de la Semana Santa de Mérida de 2024, a cargo de la corresponsal de COPE en el Vaticano, Eva Fernández, donde el Papa consideró la emeritense como una Semana Santa "única en el mundo".

En los últimos meses de su vida, el Pontífice posó sus ojos, su atención, en otro punto de Extremadura. Concretamente, en el menudo municipio de La Codosera y en el santuario de Chandavila. 

Todo empieza en agosto cuando la Santa Sede reconoce el enorme valor de Chandavila, subrayando siempre y desde el primer momento su sencillez, algo tan importante para el Papa. Semanas después, es declarado santuario diocesano, que no es más que el primer paso para acabar siendo santuario de peregrinación internacional.

¿por qué chandavila?

Lo que llama poderosamente la atención en toda esta historia, como bien dejó caer el Arzobispo en Mediodía Cope, es que el interés parte del propio Papa Francisco, que se ve impresionado por la historia de Chandavila desde el primer momento y es el primer interesado en reconocer su valor.

Quizás por ese interés del Papa, los pasos se están dando con tanta rapidez. Y es que, la de Chandavila, es una historia propicia para reivindicar en estos tiempos. Una historia que habla, por encima de todo, de paz y perdón. Años después de la Guerra Civil Española, cuando en España vecinos y hermanos se odiaban entre sí, cuando un país entero se rompía, de Chandavila emanó paz y perdón.  En palabras de monseñor Rodríguez Carballo, al Papa Francisco también le habría asombrado la "sencillez" del lugar, en un pequeño pueblo de Extremadura.

EL SANTUARIO DE CHANDAVILA

El santuario mariano, ubicado en La Codosera, se encuentra en el lugar en el que dos niñas, Marcelina Barroso Expósito y Afra Brígido Blanco, afirmaron haber presenciado varias apariciones de la Bienaventurada Virgen María bajo la advocación de 'Virgen Dolorosa, la primera de ellas el 27 de mayo de 1945.

En mayo de 1947 comenzó a construirse una pequeña capilla donde se encuentra el tronco del castaño donde se manifestó la Virgen, y una iglesia de mayores proporciones, presidida por una imagen de Nuestra Señora de los Dolores.

En 2020 la Santa Sede le concedió Año Santo Jubilar al Santuario, por el 75 aniversario de las apariciones de la Virgen María en ese lugar.

Anualmente, el 27 de mayo tiene lugar una peregrinación religiosa con personas procedentes de España y de Portugal.