El singular pueblo de Cáceres que ofrece casa gratis a cambio de trabajo: a dos horas de Madrid y con 100 habitantes
Llevan cuatro meses sin bar ni tienda en esta localidad de la comarca de Tierras de Granadilla y es una ocasión para dejar de lado la vida en las grandes ciudades y comenzar de cero
Una plaza de Jarilla
Publicado el
3 min lectura
En el corazón de la comarca de Tierras de Granadilla, el pequeño municipio cacereño de Jarilla ha lanzado una de esas propuestas que parecen sacadas de un reportaje viral: vivienda gratis a cambio de trabajo. Pero lejos de ser una operación publicitaria, se trata de una llamada urgente a la supervivencia de un pueblo que lucha por no caer en el olvido. A solo dos horas de Madrid y bien conectado por la autovía A66, este enclave de 139 habitantes, según los datos más recientes del INE de 2024, se ha quedado sin bar ni tienda, y su alcalde, Ángel Peña García, está decidido a revertir la situación.
Más sobre pueblos con casa gratis
Desde hace cuatro meses, Jarilla carece de esos servicios esenciales que en muchos pueblos pequeños son mucho más que puntos de venta: son lugares de encuentro, cohesión social y también de atención a los más mayores. Tras el cierre de su bar en mayo y de la tienda después de Semana Santa, el Ayuntamiento ha decidido ofrecer una vivienda completamente reformada, equipada con placas solares y con luz y agua gratis a quien quiera hacerse cargo de ambos negocios.
La idea es adjudicar el bar y la futura tienda —que ya cuenta con un local previsto— a una misma persona o familia. Y no es solo una cuestión de economía: el bar prestaba servicio también como comedor asistencial, ya que preparaba las cenas subvencionadas por el SEPAD (Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia) para los mayores de la localidad. Sin esa ayuda, ahora los alimentos tienen que llegar desde otro municipio, encareciendo y complicando la atención.
Una vida nueva para quien decida quedarse
La casa que se ofrece gratis está justo encima del bar y ha sido habilitada para entrar a vivir de inmediato. Cuenta con dos habitaciones, baño y salón-cocina, en un espacio diáfano y sostenible gracias a los paneles solares instalados. La iniciativa no solo está pensada para personas solas o familias en busca de una segunda oportunidad, sino también para emprendedores que puedan darle viabilidad al negocio, incluso durante los meses de menor actividad.
La iglesia de Jarillas
“Todo son facilidades”, insiste el alcalde Peña, que recuerda que también existe la posibilidad de adelantar las ayudas del Sepad si es necesario. El plazo para postular a esta oferta vence el 17 de julio, y se puede consultar a través del perfil del contratante del Ayuntamiento de Jarilla o llamando al 927 477 000.
Esta propuesta se enmarca en un contexto cada vez más común en la España vaciada, donde localidades enteras intentan frenar el éxodo rural ofreciendo incentivos poco habituales. Casas a precios simbólicos, subvenciones para emprender e incluso propuestas como la de Jarilla, que combinan vivienda y empleo, son estrategias para reactivar pueblos que se enfrentan al abandono progresivo de sus habitantes.
Un pueblo con historia y futuro si se actúa a tiempo
Jarilla no es solo una oportunidad laboral, también es un lugar con encanto, historia y naturaleza. Su iglesia parroquial de San Gregorio Magno, cuya portada data de 1852, guarda siglos de vida entre sus muros. Y en las cercanías, en la zona de Piedraslabradas, se conservan restos de un templo romano con estructura de granito que invita a descubrir la herencia del pasado.
Una de las calles de Jarillas
Aunque el 50% de la economía local depende del sector primario, el impulso al turismo rural es otro de los factores que animan esta propuesta. En verano llegan visitantes en busca de tranquilidad, naturaleza y autenticidad. Lo que falta es un empujón que convierta ese flujo estacional en un modelo de vida sostenible también en invierno.
Jarilla ofrece una alternativa real al estrés urbano: una vida sencilla pero con dignidad, una comunidad dispuesta a acoger y un empleo que, si se gestiona bien, puede ser rentable. Como concluye el alcalde en su mensaje: “Os esperamos en Jarilla”.