El alcalde de Malpartida de Cáceres, Alfredo Aguilera, ha pedido civismo por el aumento exponencial de visitantes al Monumento Natural de Los Barruecos, derivado de la crisis sanitaria, y ha instado a la Junta de Extremadura a potenciar la señalética del enclave para impedir conductas que dañen al mismo.

La pandemia y la búsqueda de espacios abiertos “han provocado que se haya duplicado el número de visitantes con respecto al año pasado”, ha manifestado a Efe Aguilera, aunque aclara que no dispone de cifras concretas porque la Junta no ha hecho públicos los datos del centro de recepción de visitantes. “Con el buen tiempo y el levantamiento de las restricciones, muchas personas están optando por visitar Los Barruecos, un espacio envidiable que tenemos que cuidar con mucha responsabilidad para conservar ese patrimonio natural tan valioso”, ha indicado.

Según Aguilera, ahora es habitual encontrarse los fines de semana con las plazas de aparcamiento del espacio natural (más de un centenar) completas, “con coches mal aparcados y algunos hasta se meten en la orilla. Perros sueltos y gente que viene a tumbarse con hamacas. Todo eso está prohibido”. “Estamos en un paraje natural y ahora es época de cría. No se pueden hacer pícnics ni acampadas de ningún tipo, ni traerse sillas para pasar el día, ni volar drones. Es un espacio natural y está prohibido”, ha aclarado el alcalde, quien ha lamentado que “algún día vamos a tener un disgusto con los perros sueltos y los ciclistas que circulan”.

Para Alfredo Aguilera, este comportamiento incívico se debe a que “la gente de fuera no está concienciada”. Por ello, ha reclamado una “labor pedagógica de la Junta, a través de la señalética”, algo a lo que “se comprometió la consejera de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio, Begoña García Bernal”. El alcalde ha criticado que “el Ayuntamiento tenga que asumir aspectos que no son de su competencia, como la limpieza del entorno y el mantenimiento de caminos”. En cuanto al personal designado por la Junta para el monumento natural “siguen en mínimos”, ha manifestado el alcalde. “Antes había cuatro vigilantes forestales que hacían también labores de recepción de visitantes. Ahora hay una persona y media", por lo que "la carencia en el servicio es brutal”.