Aprender a vivir tras la muerte de un hijo
La asociación extremeña 'Por Ellos', fundada por padres que han pasado por esta situación, ayuda a otras familias en el proceso

Badajoz - Publicado el
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La muerte es parte del ciclo natural de la vida. Lo sabemos. Naces, creces, en muchos casos formas una familia, envejeces y partes. Pero cuando ese orden se rompe, cuando quien muere es alguien que apenas comenzaba a vivir, todo se desmorona. No hay palabras, lógica ni consuelo suficiente para nombrar ese vacío.
Cada año, decenas de familias en Extremadura —y miles en todo el país— enfrentan esa tragedia sin aviso. La pérdida de un hijo no solo golpea el alma: obliga a reaprender a vivir, a respirar, a levantarse cada día sin entender por qué. ¿Cómo se sigue adelante cuando lo más querido desaparece de repente?
De esa herida nació, en 2009, la asociación 'Por Ellos'. La impulsó Maribel, una madre que perdió a su hijo de 17 años en un accidente. En lugar de quedarse en el silencio, decidió tender la mano a otros padres que, como ella, necesitaban una razón para no rendirse. Así empezó este espacio de encuentro, duelo compartido y reconstrucción.
La asociación lleva más de 15 años en activo, con sedes en Badajoz y Villanueva de la Serena. Cada semana, padres y madres se reúnen —los martes en una ciudad, los jueves en la otra— para acompañarse en el dolor y en la vida.
Allí, entre talleres, charlas o simples conversaciones, las lágrimas no asustan. Se permiten sentir sin justificaciones. Muchos llegan con miedo, incluso a regañadientes, arrastrados por sus parejas. Pero pronto descubren que en ese lugar, por fin, pueden ser ellos mismos. Pueden llorar… y también volver a sonreír.
“Por Ellos” no ofrece recetas mágicas. Pero sí escucha, comprensión y compañía. Y eso, a veces, basta para empezar de nuevo. Porque en el duelo no hay caminos rectos, pero tener con quién transitarlo lo cambia todo.