La asociación ‘Almendralejo, Ciudadanía y Patrimonio’ ha denunciado el derribo de la antigua fábrica de la luz, que se ubica en la carretera de Badajoz, junto a la harinera de Navia.

Este colectivo comunica que las obras de demolición del edificio y la extracción de escombros de la parte ya derruida “quedarán suspendidas de forma preventiva a la espera de una decisión definitiva”, según les ha comunicado el alcalde. Esta asociación tiene previsto reunirse con los técnicos de Urbanismo del ayuntamiento. “Quedamos a la espera, para tomar las medidas que se estimen oportunas, siempre en pro de la conservación y salvaguarda de nuestro patrimonio cultural”.

Sobre este asunto hay que aclarar que este inmueble está incluido en el catálogo de bienes protegidos del nuevo PGM, que aún se encuentra en tramitación después de 12 años. Y ese estado de ‘en tramitación’ significa que no está vigente.

Hay casos similares en la ciudad en los que los propietarios han actuado antes de la aprobación de un nuevo PGM que viene demorándose mucho en el tiempo.

Pero hay que plantearse si hubo alguna posibilidad de que el ayuntamiento, en su momento, se quedará en propiedad con el edificio.
En el año 2017, el administrador concursal responsable del concurso al que la propietaria de la fábrica de la luz había incurrido ofreció al ayuntamiento la posibilidad de cederle ese inmueble. Por parte del entonces gobierno del Partido Popular se le solicitó información de los pasos a seguir.

El administrador concursal indicó el procedimiento, que desembocó en la autorización judicial para la cesión, pero con dos condiciones: que el bien cedido debía destinarse siempre para una dotación pública y que se debía transmitir libre de cargas.

Desde los servicios jurídicos del consistorio y la sección de Patrimonio se instó en varias ocasiones al administrador concursal a que enviase los documentos acreditativos de la liberación de cargas que tenía la finca para poder llevarlos a la notaria y firmar la cesión. Nunca llegaron esos documentos.

El ayuntamiento sacó una nota simple del registro en la que figuraba una carga a favor de un banco por un importe muy elevado.
Al final, no hubo cesión porque el administrador concursal no llevó a cabo lo que la providencia del juzgado de lo mercantil estableció. Y con el paso del tiempo, pasó a manos de otro propietario.

También hay que comentar que previamente hubo un trámite en el ayuntamiento para desarrollar la unidad de actuación a la que pertenece este suelo junto con el de la fábrica de harina de Navia, y que ese procedimiento tuvo su periodo de información pública, para presentar las oportunas alegaciones.