A falta de un par de semanas para que se celebre la junta de acreedores del Extremadura (día 27), no hay novedad alguna sobre la llegada del dinero de los rusos (ASS) a través de Khalifa.

Pasan los días y se va desvaneciendo la idea de que Khalifa termine inyectando capital en el club y se materialice una ampliación del capital social de la SAD.

Hace unos días, en una entrevista en COPE, Franganillo hablaba de “plan B o C” y el administrador concursal, también en COPE, reconocía tener conocimiento de contactos del presidente con posibles inversores desde que tuviera el encargo de la jueza de lo mercantil de Badajoz de gestionar el concurso de acreedores, que fue declarado el 5 de febrero.

Franganillo nunca ha cerrado la puerta a inversores alternativos a Aquila y Khalifa, pero ha ido insistiendo con el paso del tiempo en su convencimiento de que “el dinero llega seguro”.

Según ha podido saber COPE, el presidente azulgrana, en una carrera contrarreloj, ha intensificado contactos con posibles inversores, pero él ni confirma ni desmiente; incluso no descarta nada, que es lo mismo que decir que aun mantiene la esperanza en Khalifa.

Lo cierto es que no queda tiempo. El administrador ya ha remitido a los acreedores el documento para votar, en el caso de no asistir presencialmente a la junta, por una de las propuestas del convenio o votar en contra de cualquiera de las dos. La primera consiste en el pago sin quita en diez años y la segunda, en el pago a cinco años con quita del 60 por ciento.

El propio administrador reconoció que “la probabilidad de que el convenio salga adelante está condicionada de manera inexorable a que antes entre el dinero”.

Para cualquier inversor interesado en el fútbol, la opción de comprar el Extremadura podría ser factible sin tener que llegar a una ampliación de capital.

Hay que recordar, ahora que el tiempo se echa encima, que en el contrato de Khalifa con el Extremadura figuraba un primer desembolso de un millón de euros antes del 30 de junio y el resto, hasta los 3,5 millones, tras la junta de acreedores. Han pasado tres meses y medio. Tiempo ha tenido Franganillo de cimentar una alternativa viable. Ahora, el presidente azulgrana está en una situación límite.