"Mami, no te preocupes, vamos a tener un bar más bonito”: la promesa de una hija tras la Dana en Valencia

Nidia y su hija cuentan en Herrera en COPE su historia de superación después de perder su bar en la Dana

Redacción COPE Valencia

Valencia - Publicado el - Actualizado

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Nueve meses después de la DANA empieza a borrarse el recuerdo de aquellos que lo perdieron todo. Aunque han habido muchos avances la vuelta a la “normalidad” no es real. Cuando paseas por las zonas afectadas y hablas con los vecinos, la premisa siempre es la misma “Por favor, no nos olvidéis. Queda mucho por hacer”.

Un ejemplo de ello es la historia de Nidia y un negocio familiar que ha sobrevivido a la DANA, con cambios de localización e incluso problemas familiares. La comida casera y hecha con amor arrasa allá donde vaya. ¿Quién le diría a Nidia que la enfermedad de su hija la salvaría de aquella tragedia?

“Yo siempre digo, ha tenido que caérsele el pelo a mi hija para que nosotras las dos estuviésemos vivas, porque nosotros antes de eso, nosotros abríamos los martes, cerrábamos solamente los lunes, y yo hubiera estado ahí dentro, hubiera bajado la persiana y no había escapatoria” decía Nidia, antigua vecina de Catarroja.

En estado de shock, nadie se imaginaba lo que se iban a encontrar al día siguiente. El barro llegaba hasta lugares inimaginables, Nidia nunca olvidará las palabras que le dijo su hija al verlo todo destrozado, “me abrazó y me dijo, mami, no te preocupes, vamos a tener un bar más bonito”. De aquel bar que tanto sacrifico y esfuerzo había costado, no quedaba nada para recuperar. “El agua había llegado a dos metros y pico, en un reloj que lo marca y todo, a las ocho menos cinco subió el agua hasta ahí”

Nidia y su hermana Ela en su bar "Raffaela", Campanar

En un primer momento, ella pensó en las reservas de aquella semana, no se imaginaba el camino que le quedaba por recorrer. Con ayuda de los vecinos, ella limpió el bar, en esos momentos de incertidumbre para todos, Nidia no supo hacer otra cosa más que ayudar a sus vecinos: “Mi marido y yo nos pusimos ahí y recogimos víveres ahí para ayudar a la gente del pueblo”.

UNA NUEVA VIDA EN CAMPANAR

Sin embargo, los meses pasaron y su ayuda dejó de ser necesaria. Ella quería volver a hacer feliz a la gente con su comida y con su servicio. Las ayudas del Estado se acabaron, la gente dejó de necesitar la comida que se repartía porque empezaron a abrir los negocios y ella tenía que sacar a su familia hacia adelante.

La opción de reabrir el bar en Catarroja era inviable, Nidia decidió dejar Catarroja atrás y venir a Valencia. Un acto de fe, aunque después de todo lo que ha vivido Nidia ya estaba dispuesta a hacer frente a cualquier cosa, “si ya hemos cruzado el charco, ¿qué miedo tenemos que tener más?” decía entre Risas.

En Catarroja su comida era muy valorada, hacía las cosas bien y como les gustaba hacerlas. En Campanar fue acogida por todos los vecinos, “agradezco el apoyo y la ayuda que he recibido desde que he llegado aquí” comentaba con una sonrisa.

Nidia sabe que el bar que regenta hace dos meses en el barrio de Campanar ha tenido éxito por dos cosas. En primer lugar, por su forma de hacer, que llega la gente y en segundo, por la ayuda que ha recibido de todos los vecinos que llenan día tras día su local a la hora de comer para degustar su menú.  “Todos los clientes que tenemos son de aquí los vecinos, nos siguen apoyando. Y yo creo que les gusta lo que hacemos. Y nos hemos animado por eso. Incluso han venido clientes de Catarroja aquí al bar” declaraba orgullosa.

La historia de Nidia es solo una entre muchas que reflejan la lucha silenciosa de quienes, 273 días después de la DANA, siguen reconstruyendo sus vidas con esfuerzo y esperanza. Aunque el barro desapareció de las calles, el impacto emocional y económico persiste. La vuelta a la normalidad es solo aparente, y el verdadero reto está en no olvidar a quienes aún necesitan apoyo. Historias como la de Nidia, son un recordatorio de que la tragedia no termina cuando cesa la lluvia y que no hay que dejar de mirar atrás.