El alcalde de València, Joan Ribó, defiende la posible aplicación de un toque de queda porque "no perjudicaría demasiado a la hostelería y permite contener los excesos como el botellón".
Considera que establecer un toque de queda puede ser "interesante", aunque ha reconocido que el nombre no le gusta "porque tiene connotaciones militares". Eso sí, puntualiza el primer edil, "siempre que no afecte de forma significativa a la hostelería y que siga los pasos legales necesarios".
Declaraciones del alcalde de Valencia antes del Debate del estado de la ciudad, para analizar la posibilidad que estudia la Generalitat de pedir al Gobierno poder establecer el toque de queda en su ámbito territorial ante la evolución de casos de coronavirus en la Comunitat.
El alcalde ha puesto algunos ejemplos como es el caso de países como Bélgica, y en concreto en su capital, Bruselas, "eso está funcionando de manera razonable porque perjudica poco a la hostelería y de alguna manera sí contiene determinados excesos como el botellón".
"La palabra toque de queda no me gusta porque tiene connotaciones militares", ha señalado Ribó, pero ha dicho que si sirve para contener la pandemia, sin afectar de forma significativa a la economía, sobre todo a la hostelería, y se hace siguiendo siempre los pasos legales necesarios, "puede ser una situación interesante".
A favor de la petición del toque de queda está también el PP. La portavoz municipal María José Català dice "respaldar cualquier medida que proteja a las personas". Sin embargo, desde la formación de Ciudadanos se han mostrado en contra. Fernando Giner cree que "hay otras cosas que hacer antes de aplicar el toque de queda".