El "Gran Hermano" llega a las playas valencianas

Estamos a pocas semanas de que buena parte de las localidades valencianas, todas las que están en la costa, doblen y hasta tripliquen su población. Es la llegada del verano, que llena calles, plazas y paseos marítimos de veraneantes. Y también bañistas. Y en ese contexto, cada vez son más las localidades que recurren a las cámaras de seguridad para ayudarse en tareas de control y seguridad.

La última localidad en incorporarse a este listado creciente de municipios con sistemas de cámaras al borde de la playa es la Pobla de Farnals que hace cosa de un mes reforzó la seguridad en la playa instalando esas cámaras de videovigilancia. Se trata de un proyecto piloto parte de la implementación de nuevas herramientas para el control y la seguridad vial de la Policía Local. Se han instalado un total de cuatro cámaras y su colocación se ha realizado según los criterios de la Policía para monitorizar todos los accesos al núcleo urbano de la playa y facilitar el control para la gestión, el control y la vigilancia del tráfico de vehículos en las inmediaciones.

Las cámaras son estáticas y su alcance de vigilancia abarca únicamente los tramos de vías públicas. Su instalación no afecta a propiedades privadas y salvaguarda la privacidad y la intimidad de las personas. También es importante destacar que el sistema informático que utiliza es capaz de identificar matrículas y modelos de vehículos.

No muy lejos, Canet d'en Berenguer, ubicado en la comarca del Camp de Morvedre, ya hace tiempo que también optó por incrementar la vigilancia a través de la instalación de cámaras de seguridad. Lo mismo en Benidorm, la capital del turismo, donde una veintena de cámaras con inteligencia artificial controlan los aforos a sus playas, así como las zonas de alta afluencia turística a través de un software de conteo de personas.

Y en el caso del Ayuntamiento de Valencia ya hace 15 años que se instaló un sistema de videocámaras en las playas de la ciudad para seguir su actividad, conocer su estado y su ocupación en tiempo real "sin vulnerar el derecho a la intimidad de los usuarios". Las cámaras están configuradas de acuerdo a lo establecido por la Ley de protección de datos de carácter personal cuyo articulado establece que "no se precisa consentimiento de los afectados cuando los datos se recojan para el ejercicio de las funciones propias de las Administraciones Públicas".

Las funciones del sistema de webcam -según sus responsables- son el control estadístico de afluencia de público, el control de la evolución de vertidos en el mar, la prevención y el control de situaciones de riesgo de bañistas y la prevención de un peligro para la seguridad pública o la represión de infracciones penales.

El sistema cuenta con visualizaciones que aprecian la panorámica de la playa "sin posibilidad de distinguir a las personas en ningún momento", y otras más detalladas que "única y exclusivamente se usan para casos de seguridad" y siempre por personal autorizado. Además, "en ningún caso realiza grabaciones ni utiliza el zoom". Para asegurar más la confidencialidad, solo personal autorizado tiene acceso al servidor.