Lo confirma el propio Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la patronal nacional que integra los principales exportadores no cooperativos: los cítricos se han convertido en un "sector esencial" durante la crisis provocada por la pandemia del coronavirus tras batir "récords de exportación" en los meses de marzo y abril, que han sido los "mejores de su historia".

A pesar de la menor cosecha por el exceso de lluvias, de las restricciones en la recolección, de la reducción de la productividad por las nuevas medidas de bioseguridad en los almacenes y de las dificultades del transporte por los controles sanitarios fronterizos, lo cierto es que las ventas al exterior en marzo, el último mes con los datos completamente cerrados, se dispararon un 15 % hasta alcanzar casi medio millón de toneladas.

Según asegura el CGC en un comunicado, el repunte de la demanda motivado por la preocupación por la COVID-19 y el interés de los europeos por proveerse de fruta con la que reforzar su sistema inmunológico, "ha permitido dar un vuelco a la campaña".

A falta de estadísticas oficiales, el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la patronal nacional que integra a los principales exportadores no cooperativos, "da por sentado que este ritmo de crecimiento de en torno a los dos dígitos se ha mantenido en abril".

Por otra parte, el consumo y demanda de cítricos se ha incrementado durante abril y ha supuesto una recuperación de los precios de las variedades tardías que han aumentado entre un 20 y un 85 por ciento, según la Conselleria de Agricultura.

El estudio de la Consellería refleja un “incremento notable” de la demanda durante abril, que se explica por “una tendencia a consumir fuentes de vitamina C” durante la crisis sanitaria del coronavirus y por “la mejor conservación en el hogar de naranjas, mandarinas y limones frente a otro tipo de frutas”.

Las lluvias abundantes de los últimos meses también han contribuido a la recuperación de precios, ya que se ha traducido en un aumento del calibre para algunas variedades.