Hace más de 150 años, bajo el cielo de Pinedo, vió el atardecer una celebración: Les Corregudes de Joies. Una carrera de caballos con historia: la inciaron los hombres de la huerta valenciana compitiendo por un tesoro, la “Joia”. Un pañuelo de seda de distinto color sobre una corona de laurel que antiguamente se regalaba a la mujer amada al finalizar la carrera. Hoy el premio sigue siendo el mismo pero ya no son caballos de labranza, sino los jinetes y amazonas más rápidos.

Los responsables de que la tradición no fallezca tienen nombre: la Asociación de Corregudes de Joies. Uno de sus responsables es Ramón Mocholí y asegura que la participación es gratuita, que sólo se necesita “que el registro del caballo esté en orden”.

La evolución de la tradición 

Los únicos cambios que ha experimentado esta celebración encuentran su razón en la concienciación que provoca el paso del tiempo. En el abrir de ojos de la sociedad. Ramón Mocholí afirma que la presencia de amazonas era necesaria, antiguamente las mujeres tenían prohibida la participación. Hoy "hay un porcentaje más elevado de mujeres que de hombres."   El segundo avance está íntimamente ligado con el respeto. Antiguamente se utilizaban unas varitas con cuer. Hoy, está totalmente prohibido, "al caballo no se le puede pegar con ningún instrumento" y  se hacen comprobaciones que demuestren que está sano, sentencia Ramón.

La carrera empieza esta tarde y termina el miércoles 14 de agosto. Comienza cuando el sol deja de picar, de 19:00 a 21:00 de la noche. Su escenario es La Creu de la Conca en la playa de Pinedo. Y su objetivo es el único permanente con el paso de los años, que centenares de personas, disfruten de una carrera sana y gratuita.