Desde el 28 de agosto de 2019 cuando se fracturó la rótula la vida de Cristiano Piccini ha sido un tormento. Habituado a ser titular en el lateral derecho del Valencia CF campeón de Copa, su lesión llegó días antes del fulminante despido de Marcelino García Toral como entrenador del equipo. La temporada 2019-20 se la pasó en blanco y sólo fue noticia por su segundo paso por el quirófano, ya en mayo de 2020, para que se le retirara el material insertado en la primera cirugía.

En la pretemporada de 2020 disfrutó de algunos minutos y la sorpresa llegó con el acuerdo con la Atalanta para su cesión a Bérgamo con una opción de compra fijada en tres millones de euros. Un equipo de Champions se hacía con los servicios de un futbolista que no había demostrado si estaba en condiciones físicas para afrontar una exigente temporada.

Y la experiencia resultó un fiasco. En estos algo más de cuatro meses (desde septiembre de 2020 hasta ahora), Cristiano Piccini sólo ha vestido la casaca 'neroazzurra' en un partido de la Serie A (jornada 8, 21 de noviembre) contra el Spezia Calcio con la curiosidad de que entró en el terreno de juego en el minuto 25 sustituyendo a su compañero Fabio Depaoli y posteriormente fue reemplazado antes de acabar el choque, en el minuto 87. Así que ése ha sido su bagaje en Italia: 62 minutos de fútbol.

Ahora regresa al Valencia CF después de romper su contrato de cesión, sin ningún tipo de repercusión económica para los ches y queda a la espera de seguir los protocolos médicos para incorporarse al trabajo con el equipo.

Como curiosidad no podrá recuperar el dorsal 21, pues lo luce Manu Vallejo y estará en disposición de aumentar sus cifras como valencianista. Hasta el momento ha disputado un total de 40 partidos desde su llegada en 2018 con un coste de 10 millones de euros procedente del Sporting de Portugal, ha jugado casi 3.000 minutos y ha marcado un gol, el que le hizo a la SD Huesca en el último minuto el 23 de noviembre de 2018. Tiene contrato hasta 2022.