Oda al baloncesto en la Fonteta

Partido memorable el que han disputado Valencia Basket y Bayern de Munich en la Fuente de San Luis. Sólo ha faltado público en las gradas. No mucho más se le puede pedir a un partido de baloncesto. Extraordinarias defensas, acierto en el lanzamiento exterior, parciales inverosímiles y compromiso, mucho compromiso.

No en vano, los tres jugadores de Valencia Basket que arrastraban lesiones y que han sido duda hasta el último momento, se han erigido en los grandes protagonistas en el bando local. Mike Tobey se produjo una microrrotura fibrilar el domingo y ha anotado 18 puntos y capturado cuatro rebotes. Bojan Dubljevic con una fisura en el dedo de su mano izquierda y dos semanas sin jugar, ha convertido 10 puntos, ha cogido seis balones y ha dado tres asistencias y Sam Van Rossom que se torció el tobillo hace menos de siete días en Moscú ha repartido nueve asistencias y convertido nueve puntos.

Por si fuera poco, Louis Labeyrie, y es literal, se ha levantado de la cama con migraña para poder echar una mano a sus compañeros en esta victoria importantísima que deja todas las opciones abiertas para acabar entre los ocho primeros a falta de tres jornadas para que concluya la fase regular.

Y no ha sido tarea fácil. Al descanso se ha llegado con un tranquilizador 46-33, pero en el tercer cuarto todo se ha torcido. Un parcial 5-24 ha puesto a los alemanes por delante (58-63) cuando restaban diez minutos. Entonces la magia de Van Rossom y el denodado esfuerzo de Kalinic, Sastre, Prepelic, Williams y compañía han hecho el resto.

Valencia Basket se planta con 17 victorias y 14 derrotas a la espera de recibir a Olympiacos y Baskonia y de viajar a Berlín. Dos triunfos podrían ser suficientes para certificar el gran objetivo de la temporada.