El examen Gourlay

Se cumplen 100 días de la llegada de Ron Gourlay a Valencia como CEO de fútbol. Su nombramiento fue el 29 de mayo, tras la semana de reuniones en Singapur en la casa del máximo accionista con el presidente Kiat Lim, el técnico Carlos Corberán y el director general, Javier Solís. Una semana de cónclave que culminó con el nombramiento del ejecutivo escocés.   

Pero su llegada a Valencia se pospuso, por una cuestión de burocracia, hasta el 7 de julio. Justo hoy se cumplen los 100 días de cortesía de cualquiera que aterrice en un cargo de responsabilidad. Aterrizado ya en el club y después de un tiempo dedicado casi exclusivamente a la confección de la plantilla como él mismo dijo en su última comparecencia: “he ocupado más del 80% de mi tiempo en el mercado. Ahora es el momento de ponerse a pensar en futuro y los cambios que sean necesarios para caminar por el lugar correcto”.

Llegados a este punto y aprovechando también el parón, el CEO ha puesto deberes a sus departamentos de fútbol. Gourlay quiere planificar el futuro más inmediato del club con varios meses vista pensando ya en darle su toque personal como ejecutivo que ha trabajado en grandes clubes, como Chelsea o Manchester United y reorganizar, reestructurar o ampliar los departamentos para dibujar su propia hoja de ruta en la parcela deportiva.

Para ello, según ha podido saber Deportes COPE Valencia, ha pedido a los tres departamentos que trabajan en fútbol: Dirección Deportiva, Academia y Comunicación, cuáles son sus planteamientos, su plan de desarrollo de aquí a final de temporada en cada una de las áreas.

Una vez examinados, Gourlay pretende pasar a la acción para ejecutar su propio plan para la parcela deportiva del club. Algunas pistas dio en su última comparecencia basado en una palabra que repitió en varias ocasiones, la transición “hay que entender que estamos en un momento de transición y hay muchos altibajos. Debemos unirnos, perseverar y seguir esforzándonos. Soy una persona de fútbol y sé la situación en la que estamos. A día de hoy, no es suficiente”. Y un mensaje a la línea de la flotación de los trabajadores del club: “respeto lo que es el VCF y asumo la responsabilidad que me corresponde, también espero que otras personas en el club hagan lo propio”.

El ejecutivo escocés se ha presentado ante los medios en dos ocasiones desde su llegada. Ruedas de prensa, en agosto y la primera semana de octubre, en la que admitió todo tipo de preguntas y en las que quiso dejar su impronta de hombre de fútbol. Dominador de la escena, su mensaje sin embargo, suena a repetitivo de la línea Meriton Holdings. Transición, pedir tiempo para ejecutar su idea, habla de proyecto a dos o tres años para cuando esté acabado el Nou Mestalla y dejando entrever un compromiso de la propiedad que no va más allá de las palabras, pero que no se traduce en hechos. 

Ese es el hándicap con el que lucha el británico, intentar quitarse la etiqueta de “hombre de Peter Lim”, para trasladar sus ideas de hombre de fútbol que ha triunfado con sus propuestas en grandes clubes europeos. De momento, es cierto que fue un mercado muy movido con hasta 22 transacciones, pero el mal arranque liguero del equipo ha devuelto las dudas sobre la confección de la plantilla y el modelo de fútbol que no parece que carbure esta temporada con Carlos Corberán al mando.