Lo cuenta el diario Levante EMV. Se llaman Ana Sola Martín y Natalia Coll García. Son enfermeras de Sagunto y de Gandía, y llevan tiempo estudiado con detalle la ficha técnica del laboratorio para ver cómo se puede conseguir una dosis extra de una vacuna. Y es que aunque cada semana llega una nueva partida desde el laboratorio con miles de dosis, hay que vacunar a toda la población, y los indices de la pandemia aprietan tanto, son tantas las muertes, que cada día de adelanto, cada vacuna, cada joranada ganada al virus, vale su peso en oro porque salva vidas.
Tal y como explica EMV"han realizado diferentes pruebas de simulación, siguiendo en todo momento las indicaciones para la preparación de la vacuna de Pfizer, con tal de sacar el máximo partido a los tan deseados y tan escasos viales. Conscientes de que la séptima dosis de la vacuna podía sacarse por pura matemática, aplicaron un método preciso, que requiere de un material adecuado para eliminar los espacios muertos existentes en las jeringuillas y agujas. Es decir, conseguir no perder ni una sola gota de la dilución realizada".
Para lograrlo, estas dos sanitarias apuestan por llevar hasta el extremo la indicación de la ficha técnica de la multinacional farmacéutica que ya indica que el espacio muerto debe ser el más pequeño posible. Y se consigue cargando en la jeringa de una dosis de vacuna una burbuja de aire, como ya se hace en cualquier otra vacuna, como la de la gripe, de forma que se evita el espacio muerto de estas jeringuillas.
Esto permite maximizar cada vial, sacar 7 dosis en lugar de 6, y aumentar la disponibilidad de dosis para tener al mayor número de personas inmunizadas en menor tiempo, ya que es solo una dosis más por vial, pero nada despreciable cuando lo multiplicamos por los miles de viales que se están utilizando en el proceso de vacunación.