Un voluntario de la dana revive el horror un año después y advierte: "No olvidemos que esto no se ha solucionado"
Ramón Peris, un ciudadano de Burriana que se volcó en ayudar en Valencia, relata su experiencia y denuncia que las infraestructuras prometidas no han llegado
Castellón - Publicado el - Actualizado
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Un año después de la devastadora dana que arrasó parte de Valencia el 29 de octubre de 2024, el recuerdo de la tragedia sigue intacto. Así lo ha relatado en COPE Castellón Ramón Peris, un ciudadano de Burriana que, desde el primer momento, se trasladó a la zona cero para ayudar de forma altruista a los miles de afectados por las inundaciones.
«Me remueve muchísimo»
Peris, que tiene compañeros y amigos entre los damnificados, ha confesado que el aniversario le "sigue removiendo mucho" y le genera "sentimientos muy contrariados". El voluntario ha asegurado sentir "mucha tristeza, pena, impotencia y también enfado", un malestar que revive al ver los reportajes sobre la catástrofe.
Desde el primer minuto, este vecino de Burriana acudió a Paiporta, una de las zonas más afectadas, para ayudar a gente "muy íntima". Pronto se generó un movimiento de voluntarios en su localidad, coordinado con el Ayuntamiento, que facilitó autobuses y almacenes para organizar la ayuda. "Al principio era sacar barro, íbamos un poco coordinándonos entre nosotros", ha explicado sobre la dureza de las primeras semanas.
Si vuelve a pasar, qué va a ser de nosotros, porque aquí está todo igual"
Pese a la desgracia, Peris ha destacado que la respuesta de la gente fue "muy bonita" y que en aquellos días "viste lo mejor de cada persona". Tras las tareas de limpieza, la ayuda derivó en un reto logístico para gestionar locales, casas y negocios, una labor en la que participaron "miles de personas de toda España".
Un año después: miedo y promesas rotas
Un año más tarde, el miedo sigue muy presente. Peris ha señalado que a los afectados "les está costando mucho pasar página" porque mil cosas les recuerdan el drama y el temor resurge con cada lluvia. "La gente lo ha vivido con miedo y con esa incertidumbre de decir: ''ostras, si vuelve a pasar, ¿qué va a ser de nosotros?, porque aquí está todo igual'', ha lamentado.
A este sentimiento se suma un "cierto cabreo" al ver que "mucha gente se ha llenado la boca haciendo muchas promesas que muchas de ellas no han llegado". Peris ha denunciado que las infraestructuras necesarias no se han ejecutado y que, aunque el foco mediático haya pasado, la gente vive "en silencio, pero con miedo y con preocupación".
No olvidemos que esto no se ha solucionado y que hay muchísimo trabajo por hacer"
La impotencia del voluntario
El voluntario ha descrito también las "emociones muy confrontadas" que sentía al volver a su casa y ver sus comodidades, mientras otros lo habían perdido todo. "Sabías que estabas ayudando, la gente se desvivía agradeciéndotelo, pero por otro lado te volvías y decías: es que hay tanto por hacer", ha relatado.
Por todo ello, Ramón Peris ha lanzado una advertencia final para que la sociedad no olvide. "Hay gente que no ha recuperado su vida y que no la va a recuperar, que ha perdido seres queridos, negocios o todo lo que han ahorrado durante toda una vida". Por eso ha insistido: "Que no olvidemos que esto no se ha solucionado y que hay muchísimo trabajo por hacer".
La cara humana de la catástrofe
A pesar de la desgracia, el voluntario se queda con la respuesta de la gente. "Fueron unos días muy intensos en los que viste lo mejor de cada persona", ha asegurado. Peris ha destacado la buena voluntad de miles de personas anónimas que dedicaron "su tiempo, su dinero y todo lo que haga falta" para ayudar, primero retirando lodo y más tarde en tareas de logística para recuperar casas y negocios.
Fueron unos días muy intensos en los que viste lo mejor de cada persona"
Un año después: miedo y enfado
El recuerdo, un año más tarde, le sigue generando "mucho malestar" y "sentimientos muy contrariados". Peris ha confesado en la entrevista sentir "mucha tristeza, pena, impotencia" y también "enfado". Este último sentimiento, asegura, "reina en una parte de mí y de muchísima gente", sobre todo al ver que la situación no ha cambiado de forma sustancial para los afectados.
El voluntario, que sigue en contacto con gente de la zona, ha explicado que a los damnificados "les está costando mucho pasar página". Según Peris, viven con el miedo ante nuevas lluvias y con "un cierto cabreo" por las promesas incumplidas. "Si vuelve a pasar, qué va a ser de nosotros? Porque aquí está todo igual", ha alertado sobre la falta de infraestructuras, que "ni tan siquiera se han adjudicado".
Un llamamiento a no olvidar
Hay gente que no ha recuperado su vida y que no la va a recuperar"
Por todo ello, Peris ha lanzado una advertencia para que la sociedad no olvide a las víctimas ahora que la noticia ha desaparecido de los focos mediáticos. "Que no olvidemos, que no pensemos que esto ha terminado", ha pedido con contundencia. Ha querido recordar que el drama personal y material continúa. "Hay gente que no ha recuperado su vida y que no la va a recuperar, hay gente que no quiere volver a sus casas, que tiene pánico de volver", ha sentenciado.