Así lo ha destacado el presidente de la autoridad portuaria, Rafa Simó, en la presentación del balance del pasado año, que se cerró con un descenso del 10,54%, una cifra que eso sí, ha resaltado que “dado el año vivido no es mala”. Todo ello además tras alcanzar antes de la pandemia los mejores datos en un mes de febrero en su historia.

La bajada también se ha dejado notar en los principales valores económicos, donde por ejemplo la EBITDA (o sea, el beneficio neto una vez restados intereses, amortizaciones e impuestos) muestra una caída del 18 por ciento. Pese a ello eso sí, el fondo de maniobra crece un 7,71% hasta más allá de los 60 millones, lo que muestra según Simó que “tenemos capacidad inversora”.

El presidente de la autoridad portuaria también ha destacado el aumento hasta los 76 días del periodo medio de cobro a las empresas de las instalaciones, una cifra similar a la de la anterior crisis, pero que se sustenta en las medidas de retraso de cobros y otras ayudas para asegurar la liquidez a dichas empresas.

Con todo ello, el puerto ya plantea un 2021 donde los retos pasan por el incremento de las inversiones, apoyada en la licitación de las conexiones ferroviarias internas o el impulso a la estación intermodal; el descenso de entre un 5 y un 10 por ciento de las tasas portuarias o la mejora de los servicios gracias al incremento de los gastos. Con ello, se estima desde PortCastelló que el tráfico volverá a la senda positiva, con un crecimiento estimado de un 6 por ciento para un total de 19,6 millones de toneladas movidas.

En otro orden de cosas, Simó ha demandado un mayor respaldo a la zona logística planteada junto a la futura intermodal, tanto en el PAT como en el PGOU, ya que la publicación previa muestra la mitad del suelo reservado planteado por la autoridad portuaria. Así, mientras un estudio del propio puerto cifraba en 325 hectáreas el suelo necesario para dicha zona, en el PGOU esa cifra disminuye hasta las 180.