Primera jornada del juicio por el proyecto Castor con la declaración de casi la totalidad del que fuera consejo de administración de Escal UGS.

El primero ha sido uno de los acusados principales, el que fuera su presidente, Recaredo del Potro.

Del Potro ha centrado su defensa en los estudio previos que mostraban poca peligrosidad ante posibles seísmos en la zona, según indicaban por ejemplo el Instituto Geográfico Nacional, el Observatorio del Ebro o el Instituto Francés del Petróleo.

El que fuera director de Escal UGS ha indicado además que estaba en completo contacto con lo que ocurría en Vinaròs pese a encontrarse en Madrid y que el inicio de los 500 terremotos que afectaron a la zona le cogió en Alemania y una vez se enteró adelantó su vuelta.

Del Potro eso sí ha hecho frente a la denuncia de los afectados por los terremotos indicando que los microseísmos que generó la inyección de gas no fueron notados por los ciudadanos.

También ha pasado por el estrado el segundo de los acusados, José Luis Martínez Dalmau, ex consejero delegado de Escal, que ha sembrado dudas respecto al epicentro de los terremotos al encontrarse los sensores lejos de la plataforma de gas así como de la fuerza de las mismas, que cree no fueron suficiente para generar daños en viviendas.

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Cabe recordar que este juicio se alargará durante 11 sesiones y contará con 189 testigos y 35 peritos.