Las caras de la solidaridad en Castellón: la fuerza silenciosa que transforma la vida de los más vulnerables
Tres mujeres voluntarias de Cáritas Castellón relatan en primera persona cómo su labor diaria ayuda a construir una sociedad más justa y humana

Cáritas Castellón
Castellón - Publicado el
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El voluntariado representa una fuerza silenciosa que transforma realidades. En toda España, Cáritas cuenta con 70.000 personas voluntarias, de las cuales 799 desempeñan su labor en la Diócesis de Segorbe-Castellón. Con una entrega generosa, colaboran en distintos proyectos para acoger, acompañar y ayudar a las personas más vulnerables.
El valor de dar tiempo y cariño
Ana Rosa Negrín, responsable de voluntariado de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, reconoce la dedicación diaria de estas personas. Negrín subraya que su labor es constante porque "la pobreza y la vulnerabilidad no paran". Por ello, aprovecha para enaltecer a quienes "dan su tiempo y su cariño para caminar y acompañar a las personas que lo necesitan sin juzgar".
Tres mujeres, un mismo compromiso
Una de esas personas es María José, quien desde hace años es voluntaria en la Cáritas Parroquial de la iglesia de Sant Pere del Grao de Castellón. Su trayectoria comenzó como catequista, pero pronto se unió al proyecto educativo Sambori porque el equipo se veía "desbordado por la cantidad de familias que acudían a solicitar ayuda". Con la llegada de la pandemia y la disminución de voluntarios, pasó a dedicarse "al 100 por 100" al equipo de acogida.
Desde la juventud, Ana también colabora con el proyecto educativo Sambori en la Cáritas Parroquial de la Iglesia del Carmen de Castellón. Su voluntariado consiste en ofrecer ayuda académica a niños inmigrantes de primaria y la ESO. Ana lo describe como una "experiencia muy bonita y gratificante", especialmente al ver el progreso de los menores en asignaturas que les cuestan más.
Llegan, te abrazan y te dicen la nota supercontentos que han aprobado"
El mayor premio para ella es el agradecimiento de los niños. "Es muy, muy, muy bonito, la verdad", afirma, y relata la emoción que siente cuando, después de un examen, los niños "llegan, te abrazan y te dicen la nota supercontentos que han aprobado, han sacado un 7". Gracias a esta labor, añade, los menores consiguen integrarse más, sentirse incluidos y, sobre todo, bienvenidos.
Por su parte, Inma Porcar es un ejemplo de dedicación durante toda una vida. Para ella, ser voluntario trasciende el altruismo, pues tiene un profundo "valor ético" y supone "pagar a la sociedad mi, entre comillas, suerte e invertir en el bienestar colectivo". Su experiencia en diferentes voluntariados, asegura, "ha marcado mi ser vital, mi manera de estar en la sociedad y en el mundo".
Un llamamiento a la solidaridad
Desde Cáritas se defiende que sus voluntarios trabajan por amor y para no legitimar la injusticia con el silencio. En este sentido, Ana Rosa Negrín invita a toda la sociedad a "formar parte de esa transformación" para construir un mundo "más justo, más humano y más solidario". Las personas interesadas en sumarse pueden encontrar más información en la web Cáritas-sc.org.



