El Hércules completa otra semana sin director deportivo. Se cumplen ocho días desde la dimisión del presidente, Quique Hernández, y el club sigue buscando al hombre que reconstruirá el peor año de la historia de la entidad. Después de varias tomas de contacto y de múltiples conversaciones, ha llegado la hora de que Carmelo del Pozo dé ese paso al frente que daría credibilidad al proyecto y esperanza al herculanismo.

El director deportivo segoviano cuenta con avales de peso que le permitirían aterrizar de pie en la ciudad. La afición le quiere, de eso no hay duda. Según varias encuestas, el 70% de los herculanos creen que es el idóneo para meter el bisturí en el club y en el vestuario en el momento más delicado de los 98 años de existencia de la entidad. Además, Carmelo cuenta con el apoyo total del máximo accionista, Enrique Ortiz, quien abanderaría su llegada a Alicante. El propietario ya dijo públicamente que Ramírez no entraría en ninguna decisión deportiva esta temporada, circunstancia que también juega en favor del exdirector deportivo del Dépor.

Con todo, y si Carmelo verdaderamente está ilusionado con el reto de devolver al Hércules al fútbol profesional, deberá dar el último paso. Riesgo cero en el Hércules de Ortiz y Ramírez es imposible. Pero la aventura puede merecer la pena. ¿Será suficiente?