Pedro y Elena: 40 años juntos, tres hijos, una enfermedad y un matrimonio pendiente

Pedro Cubells tiene 64 años y Elena Talavera 56. Son vecinos de Hoyo de Manzanares. Llevan 40 años juntos y tienen 3 hijos en común. Toda una vida de momentos, buenos y malos, pero en la que les faltaba uno inolvidable: la boda. No se habían casado, no habían encontrado el momento en esos 40 años, 480 meses, 14,600 días. Era su cuenta pendiente, su espinita clavada.

En los últimos meses, Pedro le insistía a Elena sobre el tema: “Nos tenemos que casar, a ver si un día va a pasar algo...”. Y ese día llegó. “Elena, me está dando un infarto o qué sé yo. Nos teníamos que haber casado”. Era el 6 de julio. Pedro estaba sufriendo un ictus, que lo dejó postrado en una cama de la UCI, en estado muy grave. Ingeniero aeronáutico, cuando estaba ingresado le dio por hablar en inglés y explicar procedimientos aéreos. Después perdió el habla y la movilidad. Tras 15 días, milagrosamente comenzó a recuperarse. “Elena, ahora sí, nos tenemos que casar”.

Ella se pone a hacer papeleos, pero los tiempos se alargan, él no ha vuelto a caminar y su sueño se complica.

Quiso entonces la casualidad (por llamarlo de alguna forma) que se encontraran con el capellán del Hospital de Guadarrama, donde Pedro está ingresado. “Yo soy como muchos, católica no practicante, hasta que este hombre me ofreció su ayuda. Nos dio mucho apoyo, mucha facilidad y muy buenos consejos y nos dieron más ganas de casarnos por la Iglesia”, explica Elena.

El capellán, Don Sergio Frades, se puso manos a la obra para ayudar a la pareja. “Me encontré a una señora que me dijo que se quería casar pero que era un caso peculiar. Le dije que lo importante era la voluntad y las ganas que tenían de formalizar ese noviazgo tan largo, pero bienvenido siempre el matrimonio”. En 15 días había hablado con el arzobispado y había preparado la boda en la capilla del hospital.

Espero que seamos más felices si cabe ya que Dios nos ha bendecido y que tengamos una larga vejez juntos

Se casaron el 28 de septiembre. Pedro se puso pajarita y una flor en la solapa. Elena llevaba otra en el pelo y un ramo de rosas moradas y rosas. Sus tres hijos, de testigos. “Gracias, Pedro. Espero que, a partir de ahora, seamos más felices si cabe ya que Dios nos ha bendecido. Espero que termines tu recuperación y que tengamos una larga y feliz vejez juntos”. Eran las palabras llenas de emoción de la novia.

Y llegó el momento del 'sí, quiero'. Sus tres hijos levantan a Pedro de la silla de ruedas: “Se lo había prometido a mi Elena, que me iba a levantar para darle el 'sí, quiero'”. “Fue un momento muy emocionante”, el broche a estos 40 años.

Ahora empiezan otro camino. A Pedro todavía le falta un trecho para poder recorrerlo andando, pero lo afronta con mucha más fuerza. Los recién casados tienen pendiente la celebración porque él sigue ingresado en el hospital. “Tengo para otros dos meses, por lo menos. Después tendremos que celebrarlo bien”.