El país que provocó que Madrid dejase de conducir por la izquierda y comenzase a hacerlo por la derecha: nadie lo hacía
Hace un siglo la conducción en España estaba determinado por la ciudad en la que te encontrabas
Antes, lo normal es que en Madrid se conduciese por la izquierda
Madrid - Publicado el
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Hoy en día, conducir por la derecha nos parece lo más normal del mundo en España. Es lo que aprendemos en la autoescuela, lo que marcan todas las señales y lo que hacemos casi por instinto. Sin embargo, no siempre ha sido así. De hecho, hasta 1924, en Madrid se circulaba por la izquierda, mientras que en otras ciudades, como Barcelona, ya lo hacían por la derecha. Un caos que hoy resulta difícil de imaginar, pero que fue real durante los primeros años del siglo XX.
La situación era tan confusa que incluso podías salir de una ciudad conduciendo por un lado y tener que cambiarte al otro en cuanto cruzabas un término municipal. ¿Y qué provocó el cambio definitivo en Madrid? Una influencia inesperada: un país donde ya se había optado por la circulación por la derecha y que, sin saberlo, terminó marcando el rumbo de toda España.
Madrid ha cambiado lo suyo en 100 años
EL CAMBIO EN EL AUTOMÓVIL EN ESPAÑA
En los inicios del automóvil, no existía en España una normativa nacional sobre el sentido de la circulación. Cada ciudad decidía cómo organizar su tráfico, lo que daba lugar a situaciones insólitas. Mientras en Barcelona los vehículos ya circulaban por la derecha, en Madrid lo hacían por la izquierda, siguiendo una tradición heredada de los carruajes.
No era una simple cuestión de preferencia: la mayoría de los coches importados tenían el volante a la izquierda, lo que hacía incómoda y hasta peligrosa la conducción por el lado izquierdo. Además, el tráfico crecía de forma imparable y los accidentes se multiplicaban. La convivencia de criterios diferentes entre ciudades empezaba a ser un problema serio para la seguridad vial.
Antes se conducía en España por el lado que la ciudad marcase
Aunque pueda sorprender, Estados Unidos juega un papel clave en este giro de volante en España. A comienzos del siglo XX, el país norteamericano ya había adoptado de forma generalizada la circulación por la derecha. ¿El motivo? La mayoría de los colonos eran diestros y manejaban grandes carros de varios caballos, por lo que era más práctico circular por la derecha y llevar la fusta con la mano derecha.
El cambio que ford instauró con el ford t
Pero el verdadero cambio llegó con la industrialización. Henry Ford revolucionó el mundo del automóvil con el Ford T, un coche económico, fácil de producir y con una particularidad: tenía el volante a la izquierda, pensado para circular por la derecha. Se vendieron más de 15 millones de unidades en todo el mundo, incluyendo Europa. Y claro, no tenía sentido conducir por la izquierda en coches diseñados para circular por la derecha.
La presión para unificar el sentido de la circulación en Madrid se hacía insostenible. Los problemas crecían y las quejas eran constantes. Así que, finalmente, el 10 de abril de 1924, el entonces gobernador civil de Madrid, Juan O’Donnell y Vargas, duque de Tetuán, firma un bando que lo cambia todo: a partir de esa fecha, todos los vehículos deben circular por la derecha en calles y plazas.
No fue un cambio inmediato ni sencillo. Se desplegaron pregoneros por la ciudad para informar a la población, se colocaron carteles y se necesitó un periodo de adaptación. Pero la medida fue un éxito. Por primera vez, Madrid y Barcelona compartían el mismo sentido de circulación. El resto del país, poco a poco, fue adoptando esta nueva norma que ya nunca se cambiaría.
Había pregoneros en la ciudad para informar del cambio
Aunque en 1924 Madrid ya circula por la derecha, la legislación estatal no llega hasta bien entrada la década de 1930. Hasta entonces, todavía existían zonas con normas propias. Pero la tendencia ya era imparable. España se alineaba con el modelo estadounidense y europeo continental, dejando atrás la tradición británica de la izquierda.
Hoy, solo un pequeño grupo de países, como Reino Unido, Australia o Japón, siguen circulando por la izquierda. El resto del mundo, incluido casi toda Europa, opta por la derecha. Y todo, en gran parte, gracias a la influencia de un país que, sin quererlo, cambió la forma de conducir de millones de personas en todo el mundo.
El caso de Madrid y su paso de la izquierda a la derecha no es solo una curiosidad histórica. Es un ejemplo de cómo las decisiones globales pueden acabar marcando el día a día de una ciudad, incluso en aspectos tan cotidianos como el sentido por el que circulamos. Hoy, casi un siglo después de aquel bando de 1924, nadie recuerda ya que alguna vez en Madrid se condujo por la izquierda. Pero ocurrió. Y fue, en parte, por culpa de un coche americano que lo cambió todo.