Seguro que la conoces o al menos habrás oído hablar de la “montaña de los gatos”. Esa colina artificial con varias cascadas que construyó el rey Fernando VII en el siglo XIX y que se encuentra en el Parque del Retiro. Un capricho del rey que se conoce así porque allí solían vivir colonias de gatos. Esa estructura que alberga un espacio en su interior lleva cerrada 20 años, y ahora, dos décadas después, el Ayuntamiento de Madrid la ha reabierto totalmente reformada.

"Una montaña completamente reformada"

El agua ha vuelto a correr por las cascadas de la montaña. Ese ha sido precisamenteel origen del cierre hace 20 años. Había filtraciones por las paredes de la bóveda. Ha costado más de dos millones de euros, pero ahora las paredes de la cavidad aguantan. Sostienen tanto esas cascadas que escuchabas como los árboles y la cúpula desde la que entra la luz. Esta mañana lo ha comprobado el alcalde de Madrid, Jose Luis Martínez-Almeida. El alcalde ha confirmado que es "una montaña completamente reformada" que tiene "la posibilidad de acceder a su interior". Allí cuenta con "un espacio expositivo" para cualquier tipo de muestra cultural. Recuerda Almeida que "estaba en un estado complicado desde el punto de vista de la conservación".

Un espacio para la cultura

A través de sus cuatro galerías podemos pasar a la bóveda principal. Ahí entra la luz natural gracias a la cúpula. Ahí podemos disfrutar ahora mismo de una exposición sobre la historia de la montaña. Esta mañana ya había visitantes, alguno de ellos ha podido ver el antes y el después de la obra. Eliseo es uno de ellos y rememora cómo era este espacio antes de la obra: "Yo he visto gatos por aquí, abandonados, le traían comida pero no se subía arriba". Y apostilla que "estaba impracticable, todo cerrado". Y opina que "ha sido una idea estupenda renovarlo". Ahora, los gatos, tanto los felinos como los madrileños… pueden volver a pasear por su montaña.

Un descubrimiento arqueológico

A lo largo de las labores de remodelación y mantenimiento se ha encontrado una galería de agua que conducía a una noria anterior a la construcción del parque, con restos arqueológicos que ahora quedarán a la vista de los visitantes a través de una pantalla de cristal.

Los viajes de agua eran el sistema utilizado hasta mediados del siglo XIX para el transporte y distribución de agua a través de una red de galerías subterráneas.

También han aparecido los contrafuertes originales que han sujetado la bóveda desde su construcción y parte de ellos permanecerán a partir de ahora a la vista de los visitantes.