La tasa de pobreza entre la población extranjera en Barcelona sube hasta el 53% después de pagar los gastos de vivienda
Un informe indica que las condiciones habitacionales tienen un impacto "directo" en el uso de los servicios sociales

Pobreza población
Barcelona - Publicado el
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La población nacida en el extranjero que vive en Barcelona sufre un aumento mucho más significativo del riesgo de pobreza tras afrontar los gastos relacionados con la vivienda, en comparación con la población española. Así lo refleja el primer informe del Observatorio de las Migraciones y el Refugio de Barcelona.
Según este informe, que analiza datos de 2022 y 2023, la tasa de pobreza entre la población extranjera pasa del 39,2% antes de pagar la vivienda al 52,9% después de hacerlo, un aumento de 13,75 puntos porcentuales. En contraste, entre la población española, el incremento es mucho menor: del 12,7% al 16,8%, es decir, solo 4,11 puntos.
El documento también destaca que el 70,5% de las personas extranjeras vive en régimen de alquiler, mientras que solo el 18,1% de las personas nacidas en España se encuentra en esta situación.
Las condiciones de vivienda impactan directamente en los servicios sociales
El informe señala que la relación desigual con el mercado de la vivienda tiene un impacto directo en la demanda de servicios sociales. En 2023, 461.803 personas recibieron al menos una atención en los centros de servicios sociales de Barcelona, y de ellas, el 37,9% eran nacidas en el extranjero (175.073 personas).

Vivienda
Más del 40% de los ingresos, destinados a vivienda
En Barcelona, la media mensual en gastos de vivienda es claramente más alta entre quienes viven de alquiler que entre quienes residen en propiedad, y esto varía según el origen de los miembros del hogar. Los hogares compuestos únicamente por población extranjera que viven de alquiler destinan, de media, 989,1 euros al mes, lo que representa un 49% de sus ingresos. En cambio, los hogares autóctonos que también alquilan pagan 913,8 euros de media, lo que equivale a un 40,4% de su renta.
Por otro lado, los hogares en propiedad —mayoritariamente de personas nacidas en España— destinan 338,6 euros mensuales a la vivienda, lo que supone solo un 13,6% de sus ingresos. Y los hogares formados por personas de origen extranjero que residen en propiedad pagan, de media, 417,3 euros, el 23,7% de su renta mensual.
"El mercado de la vivienda actúa como uno de los principales mecanismos de reproducción de la desigualdad", señala el informe, que remarca cómo la población migrante está fuertemente sobreexpuesta al alquiler.
Brecha salarial e infraempleo
Más allá de los costes habitacionales, el informe también destaca las dificultades que enfrenta la población migrante para acceder y mantenerse en el mercado laboral, así como la brecha salarial existente. En 2022, la población de nacionalidad extranjera cobraba un salario medio de 1.803 euros, un 21,7% inferior al de las personas con nacionalidad española (2.303 euros). Y muchas personas migrantes ocupan empleos poco cualificados o por debajo de su nivel formativo, debido a la infraocupación.
Esta situación se ve agravada por un sistema de contratación precario, con alta temporalidad, jornadas parciales no deseadas y pluriempleo, especialmente en sectores como la limpieza, hostelería y cuidados, donde la población extranjera supone cerca de la mitad de los trabajadores.
El informe advierte que esta precariedad dificulta las cotizaciones estables a la Seguridad Social, lo que coloca a muchas personas migrantes en una situación laboral que no garantiza ni estabilidad ni protección. Además, el 48,4% de la población asalariada extranjera tiene estudios superiores, pero termina realizando trabajos para los que está sobrecualificada. Uno de los principales obstáculos es el lento y costoso proceso de homologación de títulos, que puede alargarse hasta dos años.
Mayor demanda de servicios sociales entre la población migrante
El informe relaciona las dificultades de acceso a vivienda, la precariedad laboral, la discriminación múltiple y un sistema de bienestar poco adaptado, con el hecho de que haya una ligera sobrerrepresentación de personas migrantes en los servicios sociales. Aunque el 31,3% de la población residente en Barcelona ha nacido en el extranjero, casi 4 de cada 10 personas atendidas por servicios sociales (en 2023) también eran extranjeras (175.073 personas).
Las personas nacidas en España se benefician más de prestaciones ligadas a su trayectoria laboral, como las pensiones de jubilación. En cambio, la población extranjera depende en mayor medida de prestaciones asistenciales.
Según el informe: El 81,9% de las prestaciones sociales recibidas por la población española son pensiones de jubilación, frente al 40,9% en el caso de la población extranjera. Y las prestaciones por desempleo representan el 39,7% de las ayudas recibidas por personas extranjeras, pero solo el 6,6% entre las personas nacidas en España. Otras transferencias sociales suponen el 19,7% en la población extranjera y el 11,7% en la española.