El Parlamento Europeo ha aprobado este martes una regulación que quiere poner fecha de caducidad a las calderas de gas.

La directiva, a iniciativa de la Comisión Europea y pactada con los estados, señala el 2040 como la fecha tope para que los edificios dejen de depender de combustibles fósiles para calentarse.

A partir del 2040 nada de carbón, nada de gasóleo, pero tampoco de gas natural, según marca la directiva de eficiencia energética de los edificios.

La UE quiere recortar las emisiones y el consumo de energía del sector de la construcción, con el objetivo de llegar a la neutralidad climática el 2050.

La directiva también establece que los edificios menos eficientes tendrán que ser renovados por ley, al menos un 80% de los que hay en Cataluña habrá que hacer mejoras en los cierres y los aislamientos, instalar placas solares o cambiar las calderas.

Calderas que funcionen con biometano, la alternativa

¿Qué pasará con las calderas? ¿Desaparecerán? En cualquier caso, solo podrán funcionar con gas renovable, como por ejemplo el biometano.

La directiva fija que la aplicación final dependerá del plan que presente cada estado para adaptar la norma europea a sus especificidades.

Sea como fuere, la voluntad es que el 2040 sea la fecha tope, según Raúl Rodríguez, director general de la Federación de Gremios de Instaladores de Cataluña (Fegicat).

"Ahora mismo el salto tecnológico que podemos tener en 15 años hace muy difícil decir qué tipo de caldera tendremos que tener al 2040, el que sí que está claro y nos dice la directiva es eliminar la energía producida con combustibles fósiles" Según Rodríguez.

"La vida útil de una caldera es aproximadamente de unos 15 años, es decir, 2040 todavía nos deja un margen para ir haciendo los cambios necesarios para llegar preparados"

Aerotermia versus caldera de condensación

La alternativa que se plantea es la bomba de calor con aerotermia. De hecho, es la opción mayoritaria que ahora ya se utiliza cuando se habla de obra nueva.

"Hay soluciones híbridas que se pueden dar, pero en la mayor parte de los casos el que estamos viendo es que el parque de viviendas nuevas se está electrificando en su totalidad con la utilización de aerotermia como elemento fundamental".

Así lo explica el director general de la Federación de Gremios de Instaladores de Cataluña (Fegicat). En España la instalación de estos aparatos creció el año pasado un 13%, hasta llegar a las 209.000 unidades.

Aun así, su implantación es todavía mucho menor a la de países de su entorno. Mientras que en España hay ocho bombas de calor por cada 100 viviendas, en Francia o en Italia se contabilizan alrededor de 15 instalaciones por cada 100 hogares.

Nada a ver tampoco con los números de los líderes europeos: Noruega o Finlandia, donde 60 de cada 100 hogares se calientan con esta tecnología.

La mitad del parque de viviendas tendrá que buscar alternativas

Desde el gremio de instaladores, advierten que no puede haber una solución única, sobre todo cuando se habla de rehabilitación.

El 46% del actual parque de viviendas de Cataluña cuenta con tecnologías poco eficientes (gasóleo, butano, calderas eléctricas o bien calderas de gas atmosféricas o estancas) y en muchos casos, no será posible instalar la aerotermia.

"Está claro que la bomba de calor es más eficiente que una caldera de condensación, pero no siempre será factible que pueda ser instalada en una vivienda reformada por las condiciones técnicas que requiere la misma bomba de calor"

En este sentido, Rodríguez añade que hay que tener en cuenta "el espacio, ya sea por ejemplo por las longitudes frigoríficas -porque tiene una unidad interior y una unidad exterior- o ya sea por la barrera del precio".

El sector gasista defiende el biometano

La patronal del sector gasista, insisten en el hecho que la directiva no prohíbe las calderas de condensación, sino que prohíbe el combustible utilizado para usarlas, en este caso el gas natural.

Y añaden que todas las calderas de condensación son aptas para funcionar con gases renovables como el biometano.

La ventaja, dicen, es que las calderas ya están preparadas, como también la red gasista, que no necesita ninguna adaptación.

Aseguran que el potencial de generación de biometano en España hay margen suficiente porque de aquí al 2030 se pueda sustituir el 100% de la demanda de gas residencial por biometano.

Esto a pesar de que actualmente en la red solo se inyecta una cantidad muy baja, equivaliendo solo al 1% del gas que se consume.

"Oportunidad" para la transición energética

En cualquier caso, los arquitectos ven la directiva como "una oportunidad muy valiosa", para impulsar un cambio de paradigma en nuestra relación con la energía, el uso de la energía como sociedad.

Un tercio de toda la energía que se consume es dentro de edificios. Según la directiva europea, los nuevos edificios construidos a partir del 2030 tendrán que ser de "emisiones cero", dos años antes, en el supuesto de que sean de organismos públicos.

Para los edificios de viviendas, los estados miembros tienen que aprobar medidas para garantizar una reducción del consumo del 16% hasta el 2030 y hasta el 22% el 2035.

Habrá que hacer mejoras energéticas a la mayoría de edificios

La exigencia de este ahorro energético en los edificios comportará tener que hacer mejoras en los cierres y los aislamientos de paredes y tejados, instalar placas solares o cambiar calderas de gas o gasóleo.

El motivo es que la mayoría se construyeron antes de los años 80 y son poco eficientes. Se calcula que un 80% de los edificios residenciales de Cataluña tendrán que hacer mejoras para reducir el ahorro energético.

Europa exige a cada estado miembro que defina sus objetivos en un plan estatal y que se dote de instrumentos como un pasaporte de renovación de edificios para facilitar todo este camino a propietarios y comunidades de vecinos.

A la vez, hará falta que las administraciones prevean presupuestos y ayudas. En este sentido, los estados tienen que presentar en Bruselas un primer proyecto antes del 30 de junio del 2024 y los planes finales de renovación de edificios antes del 30 de junio del 2025.