Crecen las subastas de maletas extraviadas en los aeropuertos europeos: precios desde los 8 euros
Una nueva industria basada en equipajes no reclamados gana fuerza en Europa, donde cada año se pierden millones de maletas

Crecen las subastas de maletas extraviadas en los aeropuertos europeos
Barcelona - Publicado el
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En Europa está ganando terreno una práctica que mezcla curiosidad, negocio y sostenibilidad: la subasta de maletas extraviadas en los aeropuertos. Lo que antes era un fenómeno anecdótico se ha convertido en una auténtica tendencia, impulsada por el creciente número de equipajes que nunca son reclamados.
Según los datos más recientes del informe SITA Baggage Insight, en 2024 se perdieron, dañaron o se retrasaron 33,4 millones de maletas en todo el mundo. De ellas, un 8 % se extraviaron de forma definitiva y un 18 % sufrieron daños. En España, aunque no existen cifras oficiales globales, una estimación de octubre de 2024 indica que se extraviaron o dañaron unas 60.000 maletas en un solo mes, según datos de la compañía AirHelp.
El proceso detrás de este nuevo mercado es sencillo. Cuando una maleta no es reclamada durante los 90 días que las aerolíneas están obligadas a conservarla, puede pasar a ser vendida o subastada. En España, muchas compañías optan por entregar los equipajes a fundaciones o empresas que los revisan y revenden su contenido, mientras que en otros países europeos —especialmente en el Reino Unido— las subastas públicas de maletas perdidas se han convertido en un fenómeno consolidado.
El atractivo principal está en el factor sorpresa: comprar una maleta sin saber qué contiene. En el Reino Unido, algunas casas de subastas parten de un precio inicial de solo 8 euros por unidad, y los compradores pueden encontrar en su interior desde ropa y accesorios de marca hasta aparatos electrónicos o joyas. En un caso reciente, una influencer adquirió una maleta en el aeropuerto de Heathrow por 80 libras y descubrió un iPad, prendas de diseño y complementos de lujo.
Aunque la pérdida de equipajes es un problema para muchos viajeros, el informe de SITA apunta que las cifras han mejorado respecto a años anteriores: hace ocho años se registraban 47 millones de incidencias y hoy la cifra ha bajado a 33,4 millones. En España, el aeropuerto de Barcelona-El Prat destaca por su baja tasa de incidencia, que ronda el 0,12 %, muy por debajo de la media global.
El mercado que ha surgido en torno a estas maletas es tan variado como sorprendente. En Londres, por ejemplo, la empresa Greasby’s Auctioneers organiza subastas cada dos semanas, donde se venden unas 2.400 maletas al año. Los compradores pueden visitar previamente el almacén y pujar por lotes que incluyen equipajes completos o conjuntos de objetos seleccionados.
Más allá de la curiosidad, esta tendencia plantea cuestiones sobre sostenibilidad, rentabilidad y transparencia. Por un lado, evita el desperdicio de miles de artículos que, de otro modo, acabarían en vertederos. Por otro, abre el debate sobre la gestión y la legalidad de vender bienes personales no reclamados, especialmente en un contexto de creciente interés por el consumo responsable y la economía circular.
Las maletas perdidas han dejado de ser un simple inconveniente para convertirse en una nueva oportunidad de negocio. Lo que antes representaba el fin de un viaje, hoy se ha transformado en una aventura para compradores curiosos, un mercado que combina azar, reutilización y una dosis de misterio que parece no tener techo.