Cierra una escuela de música centenaria en Barcelona: "faltan niños y ayuda institucional"

La Escola de Música Joan Llongueres de Barcelona, con más de 112 años de historia, cerrará sus puertas el próximo 30 de junio de 2025. Este cierre marca el fin de una escuela privada profundamente arraigada en la vida cultural y educativa de la ciudad, especialmente en el barrio de Gràcia, donde ha sido un referente durante más de un siglo.  

La escuela fue fundada por Joan Llongueres, un destacado pedagogo, compositor y poeta catalán, como el Institut Català de Rítmica i Plàstica. Su objetivo era introducir en Cataluña el método Dalcroze, una innovadora pedagogía musical centrada en la rítmica, el movimiento corporal y la expresión artística. Este enfoque revolucionario influyó notablemente en la enseñanza musical en Cataluña, especialmente en el ámbito del canto coral y la educación infantil.

A lo largo de su historia, la escuela ha formado a generaciones de músicos, educadores y amantes de la música, manteniéndose fiel a su vocación pedagógica y cultural. En 2013, la Generalitat de Catalunya reconoció su labor otorgándole la prestigiosa Creu de Sant Jordi, uno de los máximos galardones que se conceden en Cataluña, destacando su influencia en las corrientes pedagógicas musicales del país 

¿por qué cierra?

El cierre de la escuela no es una decisión tomada a la ligera. Según su directora, Sara Codina, se trata de una medida “dolorosa pero inevitable” debido a una combinación de factores estructurales y económicos que han hecho inviable su continuidad.

Por un lado, el descenso demográfico. La disminución del número de niños y jóvenes  en edad escolar ha reducido significativamente la matrícula en los últimos años. Pero a esta caída de la natalidad hay que añadir la competencia que representa la oferta pública. El aumento de escuelas de música públicas ha dificultado la competencia para centros privados como el Joan Llongueres, que no cuentan con los mismos recursos ni subvenciones.

A pesar de la reconocida trayectoria de esta escuela, no ha recibido ayudas públicas y esto ha limitado su capacidad para afrontar las inversiones necesarias en infraestructuras y modernización. La situación financiera de la escuela se ha deteriorado progresivamente, y los intentos de encontrar soluciones viables con entidades culturales y educativas no han dado sus frutos. 

reacciones y legado

El anuncio del cierre ha generado una oleada de reacciones en redes sociales y medios de comunicación. Muchos lamentan la pérdida de un centro que no solo ofrecía formación musical, sino que también representaba un legado cultural y pedagógico de gran valor. La Asociación de Escuelas de Música de Iniciativa Privada Autorizadas de Cataluña (EMIPAC) ha calificado el cierre como una “pérdida irreparable” y ha denunciado la falta de sensibilidad de las administraciones ante la desaparición de instituciones con vocación de servicio público 

La Escola Joan Llongueres no era simplemente un centro educativo, sino un símbolo de la innovación pedagógica catalana y un espacio donde la música se vivía como una herramienta de crecimiento personal y colectivo. Su cierre deja un vacío difícil de llenar en el panorama cultural de Barcelona.