Adiós a la mujer que vio construir la Sagrada Familia: fallece a los 112 años
Nacida en 1913, fue testigo de la construcción de la Sagrada Familia y se encontraba entre las 40 personas más ancianas del mundo
Barcelona - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
La mujer más longeva de Cataluña, Angelina Torres, ha fallecido este lunes a los 112 años y casi ocho meses. Nacida en Bellvís (Pla d'Urgell) el 18 de marzo de 1913, era también la mujer más anciana de España y formaba parte del selecto grupo de las 40 personas más viejas del mundo, según la asociación Gerontology Research Group (GRG), una entidad que se dedica a verificar las fechas de nacimiento y muerte de supercentenarios a nivel global.
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha expresado su pésame a la familia a través de la red social X, recordando la visita que le hizo en su domicilio de Barcelona el año pasado. El jefe del ejecutivo catalán la ha descrito como "una mujer sabia, llena de fe y bondad, muy trabajadora y con una gran fortaleza", destacando las cualidades que la convirtieron en una figura tan querida y respetada.
Un legado de sabiduría y ayuda mutua
Illa también ha compartido una enseñanza que Torres le transmitió y que, según sus palabras, le "marcó mucho". "Siempre recordaré una frase que me dijo: nos tenemos que ayudar los unos a los otros, con las manos plenas, nunca estrechas", ha publicado el presidente. Illa ha concluido su mensaje con una promesa personal: "Como le prometí, así lo haré", subrayando el impacto que tendrá el consejo de Angelina.
Nos hemos de ayudar los unos a los otros, con las manos plenas, nunca estrechas"
Angelina Torres era una de las últimas representantes de una generación histórica, siendo la última persona catalana nacida antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. Su vida comenzó en el pequeño municipio de Bellvís, en la comarca del Pla d'Urgell. Hija de una ama de casa de Montblanc y de un barbero de Fondarella, su infancia quedó marcada por la tragedia cuando su padre falleció en un accidente de carro, obligando a la familia a buscar un nuevo porvenir en Barcelona.
Angelina nació antes del estallido de la Primera Guerra Mundial
Como la quinta de siete hermanos, Angelina se trasladó a la capital, donde asistió a la escuela de las Salesianes. Allí, su jornada se dividía entre la formación académica por la mañana, en la que aprendió a leer y escribir, y las clases de costura por la tarde, una habilidad que la acompañaría durante años y que refleja la educación de la época para las mujeres.
Testigo de un siglo de historia en Barcelona
Con más de un siglo de vivencias, Torres era un archivo viviente de la transformación de Barcelona. En una entrevista concedida a la Agència Catalana de Notícies (ACN) el pasado marzo, recordaba con nitidez una ciudad muy diferente a la actual, evocando los "balls pels carrers" (bailes por las calles) que llenaban de vida la capital durante fiestas y verbenas. "Por Sant Joan, nos íbamos a Montjuïc, a la Font del Gat, a comer la coca", explicaba, pintando una imagen de las costumbres sociales de principios del siglo XX.
Angelina, con 112 años recién cumplidos, visitando la Sagrada Familia
Sin duda, uno de sus recuerdos más extraordinarios fue el de haber sido testigo directo de la construcción de la Sagrada Familia. Con la inocencia de una niña, se acercó a los obreros que estaban "poniendo los cimientos" y les preguntó qué hacían. La respuesta que recibió fue profética: "'Farem una església de la qual Catalunya en quedarà orgullosa'" ('Haremos una iglesia de la que Cataluña se sentirá orgullosa').
Haremos una iglesia de la que Cataluña se sentirá orgullosa"
Angelina pudo ver esa promesa cumplida, observando el avance de la basílica de Gaudí casi desde su inicio hasta su estado actual, una obra que, en sus propias palabras, "ha quedado preciosa". El destino quiso que sus últimos años los viviera muy cerca del templo, en compañía de su hija, su nieta y su bisnieto, en un hogar que unía cuatro generaciones bajo la sombra de los pináculos que vio nacer.
El secreto de la longevidad
Al ser preguntada por el secreto de una vida tan extensa, Angelina respondía con humor y sencillez. "Los médicos han tenido que hacer bastante poca 'trabajo' conmigo", bromeó en la misma entrevista de marzo. Aunque no había fórmulas mágicas, la genética parece haber jugado un papel importante en su longevidad, ya que su madre falleció casi a los 100 años y una de sus hermanas vivió hasta los 93.
Torres ostentaba el título de la persona más anciana de Cataluña desde agosto del año pasado, tras el fallecimiento de la mundialmente famosa Maria Branyas, quien murió a los 117 años y llegó a ser la persona más vieja del mundo. Con el deceso de Angelina, el testigo de la longevidad en Cataluña pasa ahora a Carme Noguera, nacida en Olot en el año 1914.
Maria Branyas, fallecida en agosto a los 117 años
El fallecimiento de Angelina se produce en un contexto de envejecimiento demográfico significativo en la región. Según las últimas estimaciones de población del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat) publicadas en julio, el número de personas centenarias en Cataluña superó por primera vez la barrera de las 3.000, situándose en 3.051. Esta cifra muestra un crecimiento exponencial desde los años 80, cuando apenas había 185 personas de cien años o más, y confirma una tendencia al alza en la esperanza de vida.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.