La revolucionaria terapia de ultrasonidos que frena en seco el temblor esencial: "Me ha cambiado la vida desde el minuto uno. Yo era incapaz de tomarme un café, si no era con una cañita"

Los temblores asociados a patologías como el párkinson o el temblor esencial son uno de los síntomas más incapacitantes para quienes los sufren, afectando drásticamente a su calidad de vida. Tareas tan cotidianas como beber un café o escribir se convierten en un desafío insuperable. Sin embargo, una innovadora técnica de ultrasonidos focalizados de alta intensidad, conocida como HIFU, ha demostrado ser capaz de mitigar o incluso eliminar por completo estos temblores en una única sesión. Esta terapia, que ya se aplica con éxito en varios centros hospitalarios, está abriendo un camino de esperanza para miles de pacientes. Es el caso de Lula Olmedo, una mujer de 68 años que ha recuperado la autonomía y la sonrisa tras someterse a este procedimiento.

Una vida marcada por el temblor

Lula Olmedo ha convivido con el temblor durante más de una década, pero en los últimos cuatro años su condición se había agravado de forma alarmante. A diferencia de lo que podría pensarse, su diagnóstico no es párkinson, sino temblor esencial. Esta condición había llegado a ser "muchísimo" incapacitante, según sus propias palabras. "Yo era incapaz de tomarme un café, si no era con una cañita, un vaso de agua, lo que fuera, no podía, porque me temblaban las dos manos muchísimo", explica. La situación era tal que incluso rellenar un simple formulario era una tarea imposible. "Yo no podía escribir. Incluso, para mí era ilegible lo que yo había escrito", confiesa.

A sus 68 años, la perspectiva de futuro era desoladora. El constante aumento de los temblores le hacía sentir que en muy poco tiempo sería completamente dependiente. "Cuando piensas en que puedes depender de los demás, a mí esto me angustiaba muchísimo. Muchísimo", relata sobre el impacto emocional que esta situación le generaba. Aunque con el tiempo se había acostumbrado a realizar las tareas más cotidianas a su propio ritmo, cualquier actividad que requiriera un mínimo de destreza manual era inviable. Esta pérdida de autonomía afectaba profundamente a su calidad de vida y a su estado de ánimo, llevándola a situaciones de vergüenza social, como tener que evitar tomar un café con amigos.

Para mí fue una sensación de felicidad tremenda"

La llegada de los ultrasonidos focalizados

El camino hacia la recuperación no fue inmediato. En un principio, el doctor Gironell, del Hospital de Sant Pau, le prescribió una medicación que, lamentablemente, no dio los resultados esperados y le provocaba efectos secundarios. Fue entonces cuando el propio doctor le habló de la técnica HIFU. Lula ya tenía conocimiento de este procedimiento gracias a un amigo periodista y al conocido caso del exalcalde de Barcelona, Xavier Trias, quien también se sometió a él. Por ello, cuando el doctor Gironell le propuso formar parte de un grupo de tratamiento, no lo dudó un instante. "Para mí se me abrió el cielo. ¡Caramba, qué suerte tengo de poder hacer esto!", pensó en aquel momento, con la confianza de que todo saldría bien.

La intervención se programó para el pasado 21 de octubre. El procedimiento completo, desde que bajó de la habitación, duró aproximadamente dos horas y media. La técnica consiste en la aplicación de ultrasonidos de alta intensidad que queman un área muy específica del cerebro responsable de los temblores. Para ello, se coloca una prótesis metálica en la cabeza con una bolsa de agua que facilita la transmisión de los ultrasonidos y suaviza la quemadura, sin que el paciente note absolutamente nada. Se trata de una técnica mínimamente invasiva que se realiza dentro de una máquina de resonancia magnética, sin necesidad de cirugía abierta.

Mi mano estaba como la tuya"

Una nueva vida sin temblores

Lo más sorprendente para Lula fue la mejora inmediata. La notó en la misma camilla de la resonancia. "Ellos me introducían en la resonancia, hacían el disparo de los ultrasonidos, me volvían a sacar y me hacían hacer los mismos dibujos y cosas que me hicieron antes de la intervención", detalla. Con cada ciclo, la mejoría era evidente. "Cada vez que entraba y salía, iba mejorando, hasta que ya al final salí y mi mano derecha estaba como la tuya", afirma con asombro. La recuperación fue instantánea y completa en la mano tratada, que quedó perfectamente funcional y sin temblores. La sensación, según describe, fue de una "felicidad tremenda".

Desde la intervención, Lula ha recuperado una vida normal. Actos tan sencillos como tomar un café con un amigo han vuelto a ser una fuente de placer en lugar de vergüenza. "Ahora, si me encuentro a alguien, algún amigo, no tengo que decirle: \'me lo acabo de tomar, ya quedaremos\'", explica, evidenciando el gran cambio que ha supuesto en su día a día. Curiosamente, ahora debe acostumbrarse a su nueva mano. "Esta mano es tan, para mí, tan un poco diferente, porque, claro, lo puedo hacer todo y no me condiciona nada. Entonces, me va muy deprisa, la tengo que adiestrar un poquito", comenta entre risas, feliz de haber recuperado por completo su autonomía.

La experiencia de Lula Olmedo es un testimonio poderoso del impacto de esta tecnología. Su mano derecha, antes temblorosa e incontrolable, ahora está "perfecta", una auténtica "maravilla" que le ha devuelto la independencia. Su mensaje final es un alegato lleno de esperanza para otras personas en su misma situación: "Que la gente lo tiene que conocer y saber que esto existe, que te cambia la vida". Una afirmación rotunda que resume la profunda transformación que ha vivido gracias a la ciencia y la innovación médica.