Artur Mas hace meses que trabaja discretamente en su más que posible regreso a la política activa, una vez que este fin de semana termina el periodo de inhabilitación que le impuso el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por su responsabilidad en el simulacro de consulta separatista del 9-N de 2014.

A día de hoy el expresidente catalán analiza con sus allegados cómo retomar la vida política y cómo presentar esa decisión a a los ciudadanos. Desde que la CUP lo apartó de la primera línea, Mas se ha encargado de seguir recorriendo las comarcas de Cataluña y de seguir participando en actos de todo tipo,muchos del PDECAT. El expresidente de la Generalitat sabe que muchos,incluso los suyos lo dan por amortizado pero no ve a nadie a su alrededor capaz de plantar cara a Puigdemont para que el proyecto de JuntsperCatalunya sea algo más que una suma de sus ocurrencias.

La próxima semana podríamos tener dos pistas de por dónde quiere ir Mas. El día 27 presentará públicamente en Barcelona su libro” Cap fred, cor calent” (Cabeza fría, corazón caliente) y el sábado 29 participará activamente en el acto de apoyo al huído Carles Puigdemont que se ha organizado en Perpignan y en el que intervendrá junto a Quim Torra y el propio Puigdemont quién puede moverse con total libertad por la Unión Europa excepto en España.

Durante este tiempo de inhabilitación, Artur Mas no ha estado de brazos cruzados. Ha mantenido encuentros con sectores sociales y económicos de Cataluña y se ha reunido con empresarios que no lo verían con malos ojos si ejerciera como una figura de contención del independentismo y de vuelta al catalanismo de la antigua CDC. Y es que, a pesar de ser el que inició la deriva independentista en la que vive la política y la sociedad catalana, Mas se muestra crítico por cómo se han hecho las cosas, aunque en público evita criticar abiertamente el Procés o a los líderes independentistas.

LOS PLANES DE MAS TIENEN UN PROBLEMA: PUGIDEMONT

Entre Puigdemont y Mas existe una buena relación, pero sus estrategias son diferentes. El huido en Waterloo apuesta por una vía más radical, mientras que Mas prefiere el diálogo y la reconciliación. Según Mas, él es el único capaz de resolver la situación y de rehacer los puentes con Madrid. En lo que sí coinciden Puigdemont y Mas es en que el enemigo principal para ellos es la Esquerra Republicana de Oriol Junqueras, a la que en círculos de los exconvergentes se les acusa de ser unos traidores que apoyan a Sánchez a cambio de nada. La idea, además, sería que con Esquerra siempre se acaba mal porque es un partido que nunca cumple su palabra.

Con la mirada fijada en las próximas autonómicas Carles Puigdemont,que decidirá desde Waterloo cuando Torra convoca los comicios, tiene claro que quiere ser el líder simbólico de JuntsxCat en las elecciones al Parlament pero sin renunciar a su escaño europeo. Su objetivo es concurrir a los comicios con un número dos fuerte, al que le cedería el testigo para quedarse en el Parlamento Europeo.Estas intenciones tambien chocan con los planes de Artur Mas que quiere que Puigdemont tenga en cuenta al PEDECAT para hacer las listas y que no utilice la marca de JuntsperCatalunya para colocar solamente a los suyos.

Y es que mientras Puigdemont quiere al consejero de Politicas Digitales Jordi Puigneró, de linea más radical, Mas se inclina por el titular de Territorio Damià Calvet en la línea del diálogo y la no confrontación. Al diferir en tantos aspectos, el expresidente Mas le habría hecho llegar una propuesta a Carles Puigdemont, le propone quedarse en Bruselas para dedicarse plenamente a difundir las ideas independentistas y tomar las riendas internacionales del procés y él controlar desde el Parlament la política catalana y las relaciones con Madrid. Asi las cosas y en plena pugna por el número dos de la candidatura Puigdemont Mas y Torra se guardan en la manga el as de la fecha de las elecciones,una situación que tiene de los nervios a Esquerra por sus compromisos presupuestarios con Pedro Sánchez.