La Audiencia de Girona ha juzgado este martes a un acusado por coger la tarjeta de un amigo mientras dormía y sacar hasta 1.510 euros de cajeros de Blanes (Selva). El escrito de acusación de la fiscalía ha apuntado que el acusado y la víctima tenían una relación de amistad desde la infancia y que la acompañaba "con frecuencia", lo que facilitó descubrir el PIN de la tarjeta bancaria. "El acusado se apoderaba de la tarjeta del denunciante cuando dormía en su domicilio y la devolvía antes de que la echara de menos", ha argumentado la fiscalía. Sin embargo, el acusado ha negado los hechos y la víctima no ha podido ratificar la denuncia al juicio porque murió antes de que el caso llegara a juicio; por lo que la defensa ha pedido la absolución.

Según lo que recoge el escrito de acusación de la fiscalía, el procesado sacó dinero de cajeros entre el 8 de enero y el 13 de febrero de 2018. "Los reintegros, aisladamente, en ningún caso superaban los 400 euros, pero los totales llegaron a la cifra de 1.510 euros", expuso la fiscalía. Asimismo, el acusado hizo una compra por valor de 163,91 euros el 1 de febrero del mismo año. Todo ello, con la voluntad de obtener "un enriquecimiento económico ilícito" y sin contar con el consentimiento del denunciante.

También el escrito de acusación apunta que el procesado acompañaba a la víctima durante sus actividades cotidianas, como ir de compras, lo que le hizo más fácil descubrir la contraseña de la tarjeta. Incluso asegura que el procesado pasaba algunas noches en casa de la víctima, en Blanes, lo que le permitía coger la tarjeta mientras dormía y extraer el dinero.

En el juicio, que se ha hecho este martes en la sección cuarta de la Audiencia de Girona, el acusado sólo ha respondido a preguntas de la defensa y ha negado que cogiera la tarjeta al denunciante para sacar dinero o realizar compras. Mientras que la víctima no ha podido ratificar la denuncia porque murió antes de que la causa llegara a juicio. Sin embargo, la letrada de la administración de justicia ha leído la declaración que hizo el juzgado de instrucción, durante la que dijo que su amigo tenía problemas con las drogas y que creía que esto podría haber motivado que necesitara dinero; incluso se expuso que la víctima se dio cuenta de la situación cuando vio que se había quedado sin dinero.

Debido a ello, la fiscalía ha pedido dos años y medio de cárcel y 2.880 euros de multa por un delito continuado de estafa. La defensa señala que se trata de un caso de "la palabra de uno contra la palabra del otro", apunta que no hay pruebas para condenarlo y pide que lo absuelva. En consecuencia, el juicio ha quedado visto para sentencia.