En este año de pandemia que hemos pasado, la sanidad publica ha estado sometida a un estrés y una presión como nunca había vivido antes. La situación de partida era mala debido a los incesantes recortes que había sufrido en los años precedentes, debido a todo ello en la actualidad los ciudadanos necesitamos recuperar la normalidad asistencial que ha sido desmantelada para poder dedicar los recursos a la lucha contra el COVID.

Consultas presenciales, reducción de listas de espera, aumento de las plantillas hospitalarias o el tan manido refuerzo de la atención primaria esgrimido por la Junta y nunca llevado a cabo son algunas de las razones que nos obligan a pedir a los pobladores de nuestra provincia a que nos acompañen en las movilizaciones que tenemos previstas.

Se iniciarán el día 21 de mayo con una representación de nuestro Movimiento junto a otras plataformas regionales delante de las Cortes de Castilla y León. Le seguirá una concentración en Tábara el día 22 de mayo frente al Centro de Salud. El resto de asociaciones comarcales realizaran actos el día 25 de mayo por toda la geografía provincial, bien delante de sus consultorios, bien delante de sus Centros de Salud, o como aquí en Zamora capital delante de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León a las 12 de la mañana.

Todos bajo el lema: ASISTENCIA SANITARIA PUBLICA, DE CALIDAD EN CUALQUIER LUGAR DE NUESTRA PROVINCIA.

Terminado el estado de alarma y manteniendo todas las normas de seguridad es el momento de expresar en la calle el malestar con la actual forma de prestar la asistencia sanitaria ante la situación tan grave de precariedad que sufrimos con las consultas telefónicas, la demora de consultas a especialistas, las incesantes derivaciones hacia centros privados o el trasvase natural de pacientes hacia la sanidad privada dado el deterioro que la gestión sanitaria le esta infringiendo a nuestro sistema público. Para estas situaciones debe de haber soluciones, no puede ser que no haya nadie en estos momentos en la Consejería que sea capaz de impulsar un plan de choque para evitar esta degradación del sistema publico de salud, donde se hace necesario dignificar el trabajo de los profesionales y la asistencia a los ciudadanos.